A punto de cumplirse seis meses desde la erupción que formó un nuevo volcán submarino en la isla de El Hierro, los científicos permanecen en la zona controlando la actividad sísmica. Eumenio Ancochea, catedrático de petrología y geoquímica de la Universidad Complutense de Madrid, conoce bien la evolución de los volcanes que no dejan de rugir en Canarias.
¿En qué situación se encuentra ahora el nuevo volcán de la isla de El Hierro?
El Instituto Geográfico Nacional, que es el organismo que controla la erupción, la ha dado por finalizada el 5 de marzo. Pero como todavía sigue habiendo signos de actividad sísmica (y no volcánica), hay equipos que aún siguen controlando su evolución para ver cuándo se acabará y por si vuelve a resurgir. La sensación es que el proceso ha finalizado, ya que hay muy pocos terremotos; unos días no hay y otros hay uno o dos.
Por ahora…
Sí, Canarias tiene de media una erupción cada 35 o 36 años según los registros históricos, que incluyen los últimos 600 años, cuando los españoles llegaron a las islas. En estos 600 años ha habido unas 16 erupciones. La anterior había ocurrido en 1971, por lo que esta última tendría que haber sucedido en 2006 o 2007. Como se trata de una región volcánicamente activa –cada isla es en realidad un gran volcán– se prevé que haya muchas más a lo largo de los próximos miles de años.
¿Es la isla de El Hierro la más activa?
En absoluto. Es la más joven. Desde el punto de vista geológico, en el último millón de años es la que más erupciones recientes ha tenido. No obstante, desde el punto de vista humano (desde que se tienen registros), La Palma y Tenerife son las que más erupciones han tenido, entre 6 y 7 cada una.
¿Ha habido otras erupciones en El Hierro en los últimos siglos?
Si nos basamos en datos históricos, no hay constancia de una erupción volcánica anterior. Se habla de una en 1793 cuando hubo una crisis sísmica similar a la actual, pero los científicos discuten sobre si acabó en una erupción o si solo hubo terremotos. Así que esta erupción de El Hierro es la primera desde que se tiene constancia histórica. Es la única documentada. Sin embargo, en los próximos milenios, El Hierro será la isla que tendrá más erupciones, al ser la más joven.
A pesar de la frecuencia de las erupciones, ¿por qué la población se sigue sorprendiendo?
Por la memoria histórica. Si hubiera erupciones todos los años o cada cinco años, no se sorprendería, pero en el momento en el que pasa una generación ya empieza a sorprenderse. La gente de la Península se sorprende bastante más que los que viven en Canarias. Allí tienen claramente asumido que viven en una zona volcánica activa. Pero sí es cierto que los que tengan menos de 39 años no conocieron la erupción anterior. Además, la repercusión mediática de la erupción en 1971 no tuvo ni punto de comparación con la de ahora. La seguimos a través del NO-DO, ni siquiera recibimos información directa. La erupción del Teneguía (La Palma) fue además muy corta, pasó en pocos días, y la gente se olvida.
¿Qué hemos aprendido de esta nueva erupción a nivel geológico?
Todos esperábamos una erupción en tierra y fue bajo el mar. Geológicamente era razonable pero estábamos acostumbrados a que todas las erupciones históricas habían sido en tierra. Fue la primera sorpresa porque no estaba previsto, aunque sí era posible.
¿Y a nivel humano?
Hemos aprendido mucho. Es la primera vez que los científicos están antes de que ocurra la erupción. Todos los medios estaban ya listos. Hemos podido comprobar así los tres o cuatro meses previos a una erupción. Si se vuelve a repetir el proceso estamos preparados para saber que puede venir. En la crisis sísmica en Tenerife en 2004 –que no acabó en erupción– se pusieron en marcha todos los medios y se vieron algunos de los defectos, en la comunicación de datos por ejemplo. Fue un primer ensayo. Con la crisis del El Hierro se ha podido tener un plan razonable por primera vez y avisar a la población.
¿Cómo valora la gestión de esta crisis?
La valoración es positiva pero no quiere decir que haya aspectos que no se hayan hecho bien, como pasa con todos los temas en los que hay poca experiencia. La siguiente gestión será mejor, vamos aprendiendo, pero no es comparable con la erupción del Teneguía en 1971, ni con la crisis sísmica de 2004. En todas se ha mejorado notablemente.
¿Qué defectos destacaría entonces?
Con respecto a otras crisis volcánicas en el mundo, creo que se debe implicar a toda la comunidad científica en la gestión o por lo menos en comités que no son los decisorios. Lo que sucede si no es que cada científico habla con el periodista que busca la noticia y lo que conseguimos es desconcertar a la población. No podemos transmitir una sensación de inseguridad. Los equipos científicos deberían reunirse con sus datos y tomar una decisión que todos asumirían.
A corto plazo es imposible ver cómo evolucionarán las Canarias, pero ¿de qué forma la ciencia permite predecir el panorama dentro de unos cuantos miles de años?
La Palma, Tenerife y El Hierro van a tener erupciones en los lustros o decenios siguientes. Más discutible sería Lanzarote porque tuvo un periodo eruptivo inmenso que ya no tiene. En cambio, erupciones históricas en Fuerteventura y en Gran Canaria no constan, pero sí las hay geológicamente recientes. No hay documentos históricos pero quedan erupciones de hace 1.000 o 1.500 años. La Gomera es la única que en los últimos dos millones de años no ha tenido erupciones y es muy poco probable que en los próximos siglos las tenga. Todas las demás islas sí pueden tener.
Si La Gomera deja de tener actividad, ¿podría desaparecer bajo el mar?
Sí, en unos cuantos millones de años… No lo veremos ninguno. Pero es un hecho y yo siempre lo digo: las Islas Canarias no existirían sin erupciones. Si se acaban las erupciones, Canarias desaparece al cabo de millones de años por erosión. Las islas más jóvenes son las más occidentales y más próximas al centro del Atlántico; y las más viejas son las más próximas a la costa africana (Lanzarote y Fuerteventura) que tienen el relieve más bajo. En Fuerteventura había volcanes de 3.000 metros de altitud pero ahora no pasan de 700 metros. A nivel geológico esto tiene gran importancia, pero no a nivel humano.
¿Las poblaciones no se verán afectadas?
En absoluto. Si quisiera ser dramático, afectaría el hecho de que por debajo de 700 metros de altitud las islas en esa zona se volverían secas porque los vientos alisios no descargarían agua al no chocar contra las montañas. Lanzarote y Fuerteventura ya son islas secas, por ejemplo. Pero no afecta a escala humana ya que hablamos de millones de años.
Eumenio Ancochea ha participado en la Sesión Científica sobre “El episodio sísmico y volcánico de la isla de El Hierro, Canarias, 2011-2012” organizada en Madrid la semana pasada por la Real Academia de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Adeline Marcos / SINC