Los investigadores estadounidenses Saul Perlmutter, Brian P. Schmidt y Adam G. Riess son los ganadores del Premio Nobel de Física 2011 “por sus trabajos sobre la expansión acelerada del universo a través de observaciones de supernovas distantes”. La comunidad científica considera que la misteriosa energía oscura impulsa esa aceleración.
La Real Academia Sueca de las Ciencias ha decidido otorgar el Premio Nobel de Física de este año “por su descubrimiento de la expansión acelerada del universo a través de observaciones de supernovas distantes” a los científicos Saul Perlmutter, Brian P. Schmidt y Adam G. Riess, todos nacidos en EE UU.
Saul Perlmutter nació en 1959 en Champaign-Urbana (Illinois) y se licenció en 1986 en la Universidad de California en Berkeley (EE UU), donde continúa trabajando en la actualidad. Es profesor de Astrofísica y Jefe del Supernova Cosmology Project.
Por su parte, Brian P. Schmidt nació en 1967 en Missoula (Montana) y se licenció en 1993 en la Universidad de Harvard (Cambridge, EE UU). Además de estadounidense, también tiene nacionalidad australiana. Es Jefe del High-z Supernova Search Team y profesor de la Universidad Nacional de Australia en Weston Creek.
El tercer galardonado, Adam G. Riess, nació en Washington en 1969 y también se graduó en Harvard en 1996. En la actualidad enseña astronomía y física en la Universidad Johns Hopkins y en el Space Telescope Science Institute de Baltimore (EE UU).
Los tres investigadores han estudiado varias decenas de supernovas o explosiones estelares y han descubierto que el universo se está expandiendo a un ritmo cada vez más acelerado, y que probablemente tendrá un final “helado”. En 1998 revolucionaron los cimientos de la cosmología cuando, en dos grupos, presentaron sus hallazgos.
Uno de los equipos lo dirigió Saul Perlmutter, que lo había puesto en marcha en 1988. En el otro, coordinado por Brian Schmidt y lanzado a finales de 1994, también jugó un papel fundamental Adam Riess. Los investigadores trazaron un mapa del universo mediante la localización de las supernovas más distantes.
Con esta información y gracias a los avances de los telescopios terrestres y espaciales, así como al desarrollo de ordenadores más potentes y nuevos sensores de imagen digital (CCD, también Premio Nobel de Física en 2009), se abrió la posibilidad para que en la década de los 90 se pudieran añadir más piezas al rompecabezas cosmológico.
Supernovas como el Sol y la Tierra
Los investigadores utilizaron un tipo especial de supernova denominada ‘supernova Tipo Ia’. Se trata de la explosión de una estrella vieja y compacta, tan pesada como el Sol pero tan pequeña como la Tierra, y que emite tanta luz como una galaxia completa.
En total los dos equipos encontraron más de 50 supernovas distantes cuya luz era más débil de lo esperado, lo que interpretaron como una señal de que la expansión del Universo se estaba acelerando. Al principio los posibles obstáculos fueron numerosos, pero los científicos encontraron consuelo en el hecho de que ambos grupos habían llegado a la misma y asombrosa conclusión.
Durante casi un siglo se pensó que el universo se venía expandiendo como consecuencia del Big Bang hace cerca de 14 mil millones de años, pero el descubrimiento de que esta expansión es acelerada se considera sorprendente. Además, si la expansión se continúa acelerando, el universo terminará en forma de hielo.
La comunidad científica piensa que la aceleración está impulsada por la energía oscura, aunque saber lo que es la energía oscura continúa siendo un enigma, quizá el más grande en la física actual. Lo que sí se sabe es que la energía oscura constituye cerca de las tres cuartas partes del universo.
Los resultados de los premiados con el Premio Nobel de Física de este año han ayudado, por tanto, a dar a conocer un universo que en gran medida era desconocido para la ciencia. “Y todo es posible de nuevo”, concluye en su comunicado la Real Academia Sueca de las Ciencias.
SINC