El Secretario de Estado de Investigación Carlos Martínez ha sido hoy el protagonista del Foro España Innova, organizado por Nueva Economía. Durante su intervención, el Secretario ha analizado el estado actual de la investigación y la innovación, y sus perspectivas dentro del actual panorama de crisis.
Las claves para salir de la situación actual a través de la innovación requieren, para Martínez, «mecanismos que nos hagan más resistentes a las crisis del futuro». A continuación ha subrayado que, en este terreno, «España ha realizado extraordinarios avances que se materializan hoy en un 3,1% de la producción científica mundial, una ratio de 6,7 investigadores por cada 1.000 personas y un 45% de financiación privada en proyectos científicos», en un país donde la comunidad científica «no ha sido siempre reconocida».
A modo de explicación, Carlos Martínez ha afirmado que el aumento presupuestario del 24% destinado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el periodo 2005-08 «condujo a un aumento del 50% en la captación de recursos privados, del 52% de las publicaciones científicas, del 200% en la licencia de patentes y un 400% en la creación de empresas de base tecnológica». Para justificar estas alentadoras cifras, el Secretario de Estadp ha aludido al ránking Scimago, que clasifica a los países en términos de su producción científica y donde España ha pasado del 25º puesto en 2005 al 13º en 2007. «Son datos que nos animan a confiar en nuestras capacidades», ha subrayado.
En este momento, ha señalado Martínez, «nos enfrentamos a cuatro crisis: la alimentaria, la energética, la climática y la financiera». Una de las principales iniciativas del Gobierno español, según Martínez, ha sido la creación y puesta en marcha del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) así como la reforma de la universidad. «Para innovar, lo primero es crear conocimiento», ha señalado.
Para Martínez, las tres principales apuestas de la investigación en España en los próximos años son la nueva Ley de la Ciencia, y los programas Prometeo 2020 y Universidad 2015. Las principales características de la nueva ley, que debería estar en el Congreso antes del verano se centran en «promover la iniciativa privada, mejorar la participación entre Estado y las comunidades, crear un Consejo Político Científico y Tecnológico, una Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología, así como un Servicio de Informe de la Ciencia y la Tecnología».
Además, entre los principales objetivos del MICINN están los de «establecer el marco de una carrera investigadora para nuestros jóvenes y favorecer la movilidad entre organismos públicos, universidades y empresas», para lo que se desarrollarán sociedades de capital riesgo orientadas a la investigación tecnológica, desgravaciones fiscales y la búsqueda de mecenazgos en I+D+i.
En cuanto al Plan Prometeo 2020, que persigue una reorganización más eficaz de los organismos públicos de investigación (OPI), el Secretario no ha profundizado en demasía, cosa que sí ha hecho con el Plan Universidad 2015. Se trata de «catapultar la ciencia y la tecnología, crear mecanismos de trasvase del conocimiento o perseguir la excelencia mediante programas como el Ramón y Cajal o el Torres Quevedo».
«No se puede ser eficaz en todas las áreas del conocimiento», advierte Martínez, por lo que España focalizará gran parte de sus esfuerzos en investigación en las áreas de: «biotecnología, las nanociencias, la salud, la tecnologías de las comunicaciones y las energías renovables»; esta última es un área donde España ya investiga en proyectos de microalgas capaces de capturar CO2 o de cultivos energéticos de 2ª y 3ª generación (no alimentarios).
Internacionalización de la ciencia española
Carlos Martínez ha detallado los proyectos internacionales donde España participa, aludiendo a una cita del escritor ruso Anton Chejov, «no hay ciencia nacional como no hay tablas de multiplicar nacionales». El secretario también ha recordado, con un paralelismo político, que España «forma parte del G-8 en la investigación contra el cáncer, pero no sólo eso, sino que somos también miembros del G-4 en medicina regenerativa y en supercomputación».
Dentro de los proyectos internacionales más importantes en los que el país colabora están el de la Fusión Nuclear, donde el CIEMAT participa con algunos grupos internacionales en el desarrollo de estas tecnologías y el proyecto del supertelescopio ESO, cuya ubicación en la isla de La Palma se está pugnando. «Significaría pasar del actual Tecan, con un espejo de 8,4 metros de diámetro, a un telescopio de 42 metros de diámetro», ha señalado.
Por último, Martínez ha expresado su búsqueda de un modelo en que los investigadores se hagan ricos según el conocimiento que generen, «como ocurre con los célebres casos de Apple o Microsoft».