EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
A la incumplida promesa o compromiso de Mariano Rajoy, de no subir los impuestos, de que no habría amnistía fiscal, de no subir la tarifa de la luz, de decretar una reforma laboral sin consultar a los trabajadores y a los sindicatos, nos ilusionó a los españoles con que iba a acabar con el paro y ha anunciado que para finales del año en curso habrá 600.000 parados más, criticaba a Zapatero porque, según Rajoy, seguía la línea que le marcaba Ángela Merkel y ahora esta ha revisado los Presupuestos Generales del Estado, unos presupuestos duramente restrictivos, y les ha dado el visto bueno, dijo que no tocaría las becas en educación y el recorte ha sido de lo más terrorífico. Ahora nos sale diciendo que aquello que dijo que no habría copago en Sanidad, nada de nada, ha anunciado “ajustes” en sanidad, ahora emplean la palabra “ajustes” porque el término “recortes” se ha hecho muy impopular, pero está claro que va a haber reducción de prestaciones en la Sanidad Pública, por lo que habrá que acudir a la sanidad privada y como es normal pasar por caja, con lo cual está claro que esto es más que un copago. La próxima “parada” es el “ajuste” en el sistema educativo.
Dijo Rajoy, que iba a reestructurar el sector de la banca para que los servicios, créditos, del estamento financiero llegaran a todos, y ahora nos sale el ministro de Economía, Luís de Guindos, dos meses después de haber aprobado la reforma financiera, dándonos la “buena” nueva de que el Gobierno tiene la intención de eliminar a los pequeños bancos y dejar el mercado en manos de un pequeño grupo de grandes bancos, lo cual sin duda alguna no va a beneficiar al conjunto de la sociedad en su vertiente económica tanto familiar como empresarial y sí a esta gran banca, a este poderoso “elenco” de grandes bancos. Una oferta restringida de esta naturaleza siempre beneficia a quien la pone en práctica y nunca al que acude a ella buscando una solución a sus problemas económico-financieros. Voy a poner un ejemplo que todos van a entender y me referiré a los tomates, porque a fin de cuentas esta intención del Gobierno de Rajoy es una enorme y frustrante “tomatada”. Cuando vamos al mercado allá por el final de la recolección del tomate nos encontramos con que hay poca cantidad de este fruto, son unos pocos puestos en el mercado los que lo tienen a la venta, la oferta es restringida y por tanto el precio de este producto se encarece, cuando le quieres hacer ver al vendedor que el precio resulta caro recibes como respuesta que “es que ya quedan pocos, la cosecha está finiquitada y por eso ha subido el precio”. O sea, que los tomas o los dejas porque no solucionas nada yéndote a otro vendedor ya que forma parte de ese reducido círculo que dispone de los “tomates” en cuestión, lo mismo va a ocurrir con ese reducido grupo de grandes bancos que van a ser los que tienen los “tomates” y cuya formación parece ser que va a auspiciar y formar el Gobierno de Mariano Rajoy. Otra mentira más, la reforma financiera no ha dado los frutos que todos esperábamos.
Ante esta serie de propuesta y promesas incumplidas creo que ha llegado el momento de que nos preguntemos si el que nos gobierna es un mentiroso.