Todo quieto ,todo tranquilo ,hasta el buzón esta mas vacio que de costumbre ,cosa que me sorprende realmente debe ser que los pesados que se dedican a llenar el correo de basura también se están quedando sin presupuesto, cosa que es digna de ser celebrada.
Miércoles nada especial salvo la próxima llegada del verano, las vacaciones escolares y poco más, eso sí con un poco de suerte los políticos también se irán de vacaciones y dejaran de enredar unos días, aunque el país no lo notara demasiado.
Me encanta cuando llega el verano y todos bajan su ritmo de crispación porque están pensando en otras cosas más ligeras, en unos pocos días empezaran las serpientes de verano en prensa.
Más de uno este año no se va a ir de vacaciones como antaño ,cambiaran su refugio por algo más sencillo ,quizás una tumbona bajo un pino , la crisis sigue su curso llevándose por delante todo aquello que está a su alcance.
El bocadillo en el bar de al lado de la radio sigue costando seis euros, cifra que se puede considerar una fortuna o al menos así lo considero para tiempos de crisis como los actuales.
Lo reconozco quiero acabar la temporada en la radio ,menos mal que cada día falta menos, la temporada está siendo durilla por aquello de que los departamentos de promoción de las editoriales han decidido dificultar algo mas el acceso a sus productos con la excusa del recorte de gastos de promoción a causa de la dichosa crisis.
Mientras los muchachos de los timos piramidales son los únicos que no pierden la esperanza de captar algún primo mas, en tiempos de crisis los timadores son los que más tranquilos están pues muchos caerán en sus redes presas de las promesas de dinero fácil.
La crisis hace que la gente tome algunas decisiones un poco extrañas y a veces caiga en redes y malas compañías, sin pensar demasiado en las consecuencias posteriores.
Lo reconozco lo de la crisis me supera, la entiendo y la comprendo pero me agobia, me estresa y ha conseguido que le tome cierta aversión a los suplementos económicos que tan interesantes me parecían tiempo atrás.
Los números en tiempos de crisis no son lo más amistoso del mundo y se nota demasiado ya que son algo incontestable.
Sinceramente hay días que el hecho de enfrentarse a la crisis que nos rodea es un poco intranquilizador, pues está en todas partes y se palpa en todos los aspectos de la vida.