“La identidad de los problemas que abordan los países de economía dependiente, subdesarrollados o periféricos, suscita la necesaria solidaridad para abordar las soluciones. La común raíz histórica y el vínculo cultural que une a las naciones de la América Latina, plantea una estrategia concertada. El cooperativismo debe ser parte de esta estrategia”. León Schujman.
Seguramente que a muy pocos escapa el hecho del descontento social existente por doquier en el mundo en razón a falta de trabajo, salario humillante, falta de viviendas, pésima o soñada atención a la salud, educación mediocre y sin perspectivas de mejoramiento económico o movilidad social. Depredación salvaje de la naturaleza y uso de pesticidas intoxicantes. Democracia devaluada.
Completamos el panorama con los otros componentes: Enriquecimiento inusitado de políticos bajo serias sospechas de corrupción y burocracia sin igual, son los hijos y beneficiarios directos de la época neoliberal globalizada.Son el poder. Edificaron las estructuras del poder actual.
Para que esta irracional lógica de poder se haya logrado instaurar para beneficio exclusivo de los partidarios del libre mercado recurrieron a fomentar e incentivar en el seno del pueblo el instinto de conservación, el “sálvese quien pueda a su coste”, el instinto más bajo de los seres humanos: el egoísmo.
Realmente es de degollados mentales ignorar que la pobreza, no tan sólo humilla, también despoja la dignidad y en tal caso, las personas son tierra fértil para la mezquindad y el individualismo.
Así, egoísmo,mezquindad e individualismo son los infectos actuales del capitalismo.Constituyen pasiones degenerativas de la conciencia social.
Cabría preguntarnos ¿Cuáles son los efectos que producen en nuestras cortezas cerebrales estos verdaderos “chips” defectuosos o “virus”? (Hablando en términos tecnológicos de entornos virtuales,claro está.) Producen verdaderos cataclismos mentales y actitudinales donde la idea de solidaridad y cooperación no podrían germinar.
Planteamos entonces extirpar esos “chips” o “virus” e introducir otros que bien podríamos denominarlos positivos y proactivos como sin dudas lo son la solidaridad, el compañerismo, el altruismo, la autodisciplina, la autorganización, la cooperación,el estudio de manera colectiva y el trabajo en equipo.
Es una falacia de proporciones escandalosas la tesis de que el ser humano es egoísta por naturaleza, daría risas y carcajadas a tambor batiente,si no fuera por lo trágico y pernicioso que resulta esa creencia infundada. El ser humano es esencialmente un ser cooperativo, si actúa de manera egoísta es porque ha sido degenerado, despojado de esa condición originaria.
Busquemos la fisura por donde ha penetrado la resignación y aceptación a la pérdida de calidad de vida de las clases medias y bajas,como así declinación a la ilusión de éstas de escalar socialmente y encontraremos el vector que transporta al infecto individualismo capitalista.
El cooperativismo-recordemos siempre-es producto de las condiciones socio-económicas generadas por el industrialismo,condiciones reñidas con la dignidad humana. Es la respuesta movimientista que impugna tales condiciones humillantes. Es, en definitiva, la reacción proactiva y transformadora.
Cooperativismo es equivalente a transformación socio-económica, lo contrario es más de lo mismo,es decir,furgón de cola del capitalismo.
El modelo socio-económico capitalista globalizado se expande y legitima su desenvolvimiento en base a la creencia que las personas almacenaron en sus cabezas,provenientes de pedagogías embaucadoras, por cierto, infectadas de “chips y “virus” egoístas, individualistas y mezquinos. Nuestra querella es con esas pestilencias. El contrapeso filosófico es la cooperación.
Es francamente suicida, suponer , que debemos seguir consintiendo las condiciones profundamente desiguales de las sociedades sustentadas en las creencias capitalistas, reforzadas por conductas individualistas. Quienes se ven como cooperativistas no pueden ni deben consentir estas atrocidades.
El razonamiento inteligente nos señala que no podemos estar de acuerdo con continuar depredando la naturaleza,tolerando las injusticias,las calamidades sociales,el infortunio perenne de los asalariados,campesinos e indígenas. El cooperativismo emerge como respuesta emancipatoria humana.
Estos temas,estos contenidos, tratados sucintamente aquí en esta columna, deben primar ineluctablemente en los programas de educación y capacitación en cada una de las cooperativas del mundo para que cada asociado/a los asimile para dilucidar de manera pacífica y amigable tales querellas, de otro modo,estaremos ante seudos-cooperativas.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!