Las recientes noticias y esencialmente el anuncio sobre el adelanto de elecciones generales por parte del presidente Zapatero, han influido en que la dimisión (o cese) de Francisco Camps, tuviese menor repercusión de la esperada. No obstante sería inútil el no querer reconocer que durante estos dos últimos años, el expresidente de la Generalidad Valenciana, se ha mantenido en un falso e inestable equilibrio, que a la postre, solo ha servido como desprestigio personal y poner de manifiesto la existencia de corrupcion en el partido, con la salvedad de que en este caso, la presunta miserable fechoría cometida obedece al impago de unos trajes, motivo por el cual será juzgado.
De cualquier forma, Francisco Camps, jamás habría mantenido la dignidad reconociendo su culpabilidad. Solo, en todo caso, dilatar la dimisión pero sin solución de continuidad en el cargo, e incluso en el partido de acuerdo con los estatutos internos. Esa pose farisaica con que tanto se adornada le delataba. El presidente dimitió por saberse culpable, con independencia de haber caído en la celada urdida por Mariano Rajoy y ejecutada por su adelantado Trillo. De no haber aceptado dádiva alguna, la fuerza que proporciona el ser y sentirse honrado y en posesión de la verdad, le habrían mantenido en la presidencia aunque fuese la mismísima Inquisición quien le acusase. En este caso, las “amistades peligrosas” le jugaron una mala pasada pero eso no admite la más mínima disculpa ni justificación.
Sus declaraciones en al acto de despedida resultaron entre patéticas y ridículas, acentuadas al apelar a su inocencia repetidamente. Elabsurdo canto de autoinmolación por el partido, militancia y facilitarle el camino a Mariano Rajoy hacia la Moncloa, fue ¡¡falso de toda falsedad!!
Si algo sobra en España son “Salvapatrias” de vía estrecha. Lo que de verdad debe preocuparle y ocuparle a Camps es el tener que sentarse en el banquillo para someterse a un Jurado Popular, y que de no ser absuelto, quedará convertido en un cadáver político, y a nivel ciudadano, como un chorizo más..¡Tiempo al tiempo!
En cuanto a su sucesor digital; es lo que se lleva, Alberto Fabra, bien haría en mantenerse lo más prudente y cauteloso posible. Afirmar que “mi firmeza será absoluta. No admitiré que alguien se haya enriquecido”, conforma ciertos riesgos… Rajoy, dejándose llevar por ese desmedido afán de defender a “alguno” de los suyos, autorizó equivocadamente que el virrey valenciano se presentara en las pasadas elecciones autonómicas y posiblemente tendrá que pagarlo bastante más caro de lo que en su momento imaginó. Cuatro meses en política hasta el 20-N es mucho tiempo y el equipo del candidato socialista, Pérez Rubalcaba, huroneará lo indecible para encontrar “cosas” que no beneficien precisamente a la formación conservadora. No hace falta ser ningún profeta para adelantar que la próxima campaña electoral será excesivamente dura. Se cruzarán acusaciones y descalificaciones de todo tipo. La lucha por el poder es terrible pero sería muy conveniente que los candidatos no olviden que los cinco millones de parados no encontraran un puesto de trabajo regalándose inútiles insultos mutuamente.