EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Dice que no hay más ciego que quien no quiere ver. Creo que ello viene como consecuencia de la obstinación, de la tenacidad y de la terquedad. Partiendo del principio de que todo el mundo tiene derecho a manifestarse y a luchar por sus creencias, sean estas del tipo que sean, no entiendo la actitud de algunos implicados en la lucha contra el que se imparta la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC). Los movimientos familiares que se han manifestado reacios a admitir la sentencia del Tribunal Supremo con respeto a la objeción en EpC, dicen que no pueden dejar la formación y la educación de sus hijos en manos de un gobierno. La verdad es que no entiendo este tipo de argumentos en tanto en cuanto en una democracia es imposible el que se pueda manipular a nadie. Los tribunales de Justicia son la garantía de que ello no pueda ocurrir. Y si los tribunales de Justicia españoles no convencen con sus sentencias a aquellos que consideran que la resolución de un tribunal les perjudica, pueden acudir a los tribunales internacionales. Y lo entiendo mucho menos cuando en España ha sido, durante cuarenta años, no un gobierno elegido por el pueblo, sino una dictadura, la que se ha encargado de la formación de los hijos de los españoles. Conozco casos, en mi ciudad se dan, de personas cuyos hijos han sido educados y formados por Franco y que ahora rechazan la asignatura de EpC que fue aprobada por mayoría por los representantes de los españoles en al Congreso de los Diputados. ¿Quién aprobaba los textos franquistas para inculcar a los jóvenes el “espíritu nacional” que era una asignatura obligada en el bachiller durante el franquismo?
Por otro lado hay políticos, caso de Francesc Camps, presidente de la Generalitat Valenciana, aquel que se quiso cargar la EpC ordenando que se impartiera en inglés, que dice que la sentencia del Tribunal Supremo es un “varapalo” al Gobierno de Zapatero. A este solo se le puede responder citando aquello que dice: “Hay tontos que tontos nacen y tontos que tontos son y tontos que tantos hacen a los que tontos no son.”
Y claro, como no, El Vaticano no iba a ser menos y ha animado a los padres a seguir objetando EpC a pesar del fallo del Tribunal Supremo. ¿Decía lo mismo el Vaticano cuando el régimen franquista estuvo adoctrinando durante cuarenta años a los hijos de los españoles sin que estos pudieran solicitar el amparo de los tribunales a cualquier nivel, ya fuera nacional o internacional? Por cierto, ¿somete la Iglesia Católica el contenido de la asignatura de religión a la aprobación del Congreso de los Diputados? ¿Corrige o censura algún organismo del Estado los textos que se imparten en las clases de religión? ¿Designa el Gobierno a los profesores de religión católica en los centros públicos? Les paga, pero no los nombra. Los denomina la Iglesia Católica.
La Iglesia Católica tan aséptica y unificadora como siempre. Nunca ha roto ni un solo plato ni muchos ha contribuido a ello. Creo que Dios, y no creo que sea irreverente al planteárselo, debería promover un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y poner a algunos prebostes de la Iglesia Católica en el paro.