Decía Borges que el tema de la envidia es muy español. “…Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: Es envidiable”
Olvido Hormigos, concejala de un pueblo de Toledo es envidiable. Lo demuestra el hecho de que se haya difundido un vídeo que los pervertidos bien pensantes califican como pornográfico –sospechamos que en todo caso será un vídeo erótico que no tenemos la menor intención ni de ver ni de difundir-, en el que la señora aludida hace algo que escandaliza a algunos, -y a algunas-, pone cachondos a otros, -y cachondas a otras-, y que parece ser de entidad suficiente como para que periódicos de ámbito nacional como El Mundo ocupen un espacio en sus ediciones.
Estamos seguros de que el muy entendido -en estas materias- Pedro Jota comprende muy bien la situación de Hormigos, faltaría más, y quizá por eso ha dado a la noticia un tratamiento impecable, salvo por los detallitos sobre el motivo de la renuncia y por la publicación de la foto de la afectada, que desde nuestra humilde posición creemos que no añaden valor a una información cuyo eje esencial es que esa señora se ha visto en la tesitura de dimitir porque algún hijo de puta ha obtenido y colgado en la red una actividad privada, por muy sexual que sea, de una mujer que tiene ciertos derechos personales a la intimidad, por muy pública que sean sus actos cuando está en la calle.
Por otro lado, hay otros individuos –e individuas- en esta historia que no deben ser ignorados: se trata del coro de impresentables que han visualizado la grabación y después la han difundido con una risita nerviosa. Estos bichos, -y bichas- han experimentado con casi toda seguridad algún tipo de erección parcial o semihumidificación vaginal espontánea, quizá de mayor intensidad que la que les producen habitualmente sus posiblemente avejentadas parejas de hecho o de derecho en sus esporádicos encuentros corporales -difícil llamarlos sexuales-. Que les aproveche el calentón.
El comité de cabreos monumentales de este blog ha sido incapaz de expresar la mala sangre que nos ha entrado cuando hemos leído la noticia, que a nuestro juicio no debería haber merecido ningún tratamiento en ningún diario serio, por muy concejala que sea la protagonista.
Por nuestra parte, hemos llegado a un acuerdo con el personal femenino del blog y las respectivas cónyuges del personal masculino: todas ellas se van a pajear delante de una webcam y van a enviar la grabación a Pedro Jota y a los demás periódicos nacionales, a ver si hay suerte y publican la noticia. Sospechamos que como en nuestro caso no hay ni carrera ni vida que malograr, la cosa no llegará ni a la cibernética edición digital y, como mucho, nos tendremos que conformar con una difusión muy especializada en páginas web no aptas para menores. Igual nos mandan suculentos vídeos de agradecimiento.
Y todo esto es porque los españoles y las españolas son unos envidiosos y unas envidiosas. Por eso ha resultado irresistiblemente envidiable que una mujer atractiva haya hecho guarradas por webcam para su pareja.