ONU: RESOLUCION 242
El 18 de mayo de 1967, Nasser pidió al entonces secretario general de la ONU, U Thant, la retirada de las fuerzas de la ONU estacionados en territorio egipcio. En un ambiente de creciente tensión, Egipto recibió el apoyo soviético y de los demás países árabes, mientras que EE.UU. apoyó firmemente a Israel.
El 5 de junio de 1967, Israel lanzó por sorpresa su ejército contra los territorios árabes de la zona. La guerra fue un paseo militar para el Tsahal, el ejército hebreo. El Sinaí egipcio, la franja de Gaza, Cisjordania, la ciudad vieja de Jerusalén y los Altos del Golán sirios cayeron en solo seis días en manos de Israel. El territorio ocupado por el estado hebreo pasó de poco más de 20.000 kilómetros cuadrados a 102.400. Pese a las protestas de la ONU y el desacuerdo de las grandes potencias, el Parlamento israelí acordó el 23 de junio la anexión de la parte árabe de Jerusalén.
Las Naciones Unidas adoptaron el 22 de noviembre de 1967 la resolución 242: en ella se afirma el derecho de cada nación en la región de vivir «en paz en el interior de fronteras seguras», amén de mandar a Israel devolver a los árabes los territorios ocupados, o al menos parte de ellos.
Esta Resolución no se ha cumplido, pese a haber transcurrido 42 años. Estos días de la Navidad de 2009, Israel pretende el exterminio de los habitantes de la Franja de Gaza. La ONU vuelve, al fin, tras 800 muertes y 4000 personas heridas, incluidas personas civiles, a dictar una resolución de alto el fuego.
¿Dónde reside la fuerza de Israel para este reto que le plantea a la ONU? En este pretendido “holocausto” palestino, Israel no sólo desafía a la ONU, a los Países Árabes, a la Unión Europea, también pretende desafiar al propio Presidente electo de Estados Unidos, Barack Hussein Obama (Honolulu, 4 de agosto de 1961).
Insisto, ¿de dónde le viene a Israel el poder?
Manuel Pérez Castell
Diputado de España por Albacete