Muy emotivo el vídeo de la señora que pretende cambiar de nacionalidad y al final prefiere seguir siendo española.
Foto: francescromeu.es/
Español, sentirse orgulloso de pertenecer a un estado que recorta en sanidad, educación, servicios sociales, proyectos de ayuda a mujeres maltratadas, cultura…
Recortes en educación que dejarán a estudiantes sin poder asumir el coste de su matrícula y los gastos que supone estudiar fuera del domicilio familiar, mientras se subvencionan centros privados.
Recortes en investigación, que hará que investigadores y científicos se vean obligados a irse al extranjero en busca de oportunidades que aquí niegan, para seguir investigando enfermedades y realizar proyectos de I+D+I, o se queden aquí de camareros trabajando 10 horas y ganando 400 euros al mes.
Recortes en derechos de las mujeres, en algo tan íntimo y privado como es el aborto.
Recortes en el derecho a la información de los ciudadanos, especialmente sobre la corrupción, con la que, mientras muchos utilizan dinero público para prostíbulos, gastos personales, comidas, arreglo de viviendas…, niños no tienen para comer, ni agua caliente en la ducha.
Desahuciar a familias, con niños enfermos de cáncer.
Mientras se paga a la Doña miles de euros en seguridad por vivir en Suiza, con dinero público, recortarán la sanidad a quienes regresen del extranjero en busca de una vida y oportunidades, que aquí solo dan a las grandes empresas, hijos, primos, amigos…, pagados todos con dinero público, satisfaciendo exclusivamente sus intereses privados, ¿harán los médicos caso a una enmienda del presidente de turno o de su Juramento Hipocrático?
Tienen todo tipo de beneficios y acomodos, viviendo como reyes, a costa del dinero de los impuestos que pagan los ciudadanos, y sin embargo, otros tienen un cartón para dormir en la calle, después de años trabajando.
¿Para quienes gobiernan? ¿Para el pueblo o para ellos mismos?
¿De todo eso nos sentimos orgullosos?
