La reciente decisión del presidente Zapatero adelantando la fecha de las elecciones generales al 20-N, ha constituido otro despropósito más de nuestro faro y guía de la Alianza de las Civilizaciones. Su incorregible optimismo e ingenuidad, le hizo pensar que el traslado de los comicios a finales de noviembre, aportaría un gran alivio y tranquilidad, apaciguando los ánimos de mercados y personas, cuando en realidad, lo único logrado con este nuevo parche, ha sido todo lo contrario.
Pretender mantener una situación de interinidad durante cuatro meses incorporará más desconfianza. En Europa conocen perfectamente nuestra situación de insolvencia total y confianza cero. Posiblemente no estemos para intervenciones ni rescates. Simplemente se limitarán a ir estrangulándonos lentamente hasta obligarnos a mendigar ayuda del FMI, lo que supondrá la pérdida inmediata de nuestra autonomía financiera y, como consecuencia, la política también.
Lo más triste es que todos los esfuerzos para ahorrar con los recortes decretados no alcanzarán para pagar los intereses de nuestras copiosas deudas.
El haber superado la línea roja de los 400 puntos de la prima de riesgo y con una Bolsa en caída libre que acumula una pérdida del 9% en siete días, la ruina que nos devora por los pies y el intentar volver a modificar la fecha de las elecciones, proyectaría una imagen de escasa seriedad, rigor e incluso pánico.
Ahora, la escasa esperanza que nos queda se centra en el Consejo de Ministros del próximo día 19 de agosto, en el que se dará a conocer el decreto de reducción del déficit. Intentar solucionar el desastre de las comunidades autónomas en tan breve espacio de tiempo resulta inviable.
No puede entenderse cómo se le permite al iletrado ministro de Fomento, Don José Blanco, con su tremenda dosis de ignorancia y osadía, realizar diagnósticos sobre temas de economía. Es como un insulto a la inteligencia. Alegar que la subida de la prima de riesgo “es algo transitorio que se deriva de las tormentas económicas de los Estados Unidos”, mueve, cuando menos, a la hilaridad (efectivamente no tiene solución). Por su parte, Ramón Jáuregui, ministro de Presidencia, otro experto en altas finanzas, también se despachó con otra sentencia digna de mención. Calificó la subida de la incómoda prima como algo “esporádico”, culpando igualmente a los EE.UU.
Está muy claro que la única que va a salvar a España de este naufragio, es la actual ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, convocando otro nuevo encuentro interplanetario entre el presidente Obama y Zapatero. Según esta dinámica política, cuyos méritos no han sido todavía lo suficientemente reconocidos, con su propuesta y de un plumazo quedaría solucionado eso que tanto nos ocupa y preocupa a americanos y españoles. En definitiva padecemos el mismo problema y la visión y capacidad estratégica de ambos presidentes no es discutida ni discutible….