calle del Teatro (Tánger)
El II Foro de Ciudades Euro-Árabes celebrado en Málaga esta semana considera este momento adecuado para reivindicar el bienestar también de la ciudadanía árabe, que en estos días es protagonista de la reivindicación de gobiernos democráticos. El cambio en las ciudades, el gobierno de la ciudadanía, las relaciones internacionales a favor nuevos proyectos que fortalezcan la democracia en las ciudades, insisten con reiteración. El Foro aboga por mejorar el entendimiento y cooperación de todas las culturas y religiones, así como promover la participación efectiva de los ciudadanos, en especial de los jóvenes y de las mujeres. En cuanto al patrimonio cultural, se ha acordado la necesidad de elaborar y aplicar estrategias para preservarlo. El Foro ha reunido a 200 representantes de 30 países y 80 ciudades de un lado y otro del Mediterráneo. ¿De un lado y otro? ¿Hombre rico, hombre pobre? El Mediterráneo no debiera tener orillas, sino, como pretende reivindicar la Fundación Baile de Civilizaciones, el Mediterráneo debiera devenir en ser lo que fue: la plaza de la cultura, el mar de todos nosotros. En la convulsión financiera y económica que nos desgasta y en las respuestas de geoestrategia política multilateral que se diseña, el Mediterráneo es necesario, no una contingencia. Las barcas fenicias deben restablecer sus rutas y la zona mediterránea, sin distinciones, haciendo lazo norte y sur en estas aguas empobrecidas, deben reivindicar su palabra y su voto. Los advenidos Norte Americanos, EE.UU, son líderes; ahora aceptan formar tándem con el Oriente de la seda. El Próximo Oriente no ha perdido la voz sensualmente arrulladora de Al Ándalus. Es también tiempo del florido continente hispano y del corazón blanco del hermano africano. Todo ello proclamado desde los oteros de las ciudades. Está alumbrándose un mundo no imperialista y sin embargo global. Otro mundo posible.
