MonarquÃa bipartidista con secuelas de franquismo
MarÃa Servini, jueza instructora de la querella en Argentina por crÃmenes del franquismo, ha ordenado, por aplicación de la justicia universal, la detención de 20 presuntos criminales franquistas de lesa humanidad. Ocho eran ministros durante la dictadura, responsables de las últimas sentencias de muerte del franquismo o del asesinato de cinco trabajadores y más de cien heridos en la ciudad vasca de Vitoria. Dos peticiones anteriores de extradición de sendos torturadores fueron rechazadas por la Audiencia Nacional. ¿Qué pasará con esta nueva petición de extradición? No parece que sea atendida, pues, como denuncia Tomás F. Ruiz, incluso “aunque el PSOE gobernara en un futuro próximo, no entregarÃa a la justicia argentina a esos veinte acusados de crÃmenes. Gozan de una impunidad previamente pactadaâ€.
Todos los gobiernos de España desde 1977 han respetado el obsceno pacto de silencio de los crÃmenes del franquismo. Por eso aún hay 150.000 desaparecidos por la Guerra Civil y la represión franquista posterior. “En España se oculta uno de los peores genocidios del siglo XX – ha denunciado el abogado Carlos Slepoy, promotor de la querella por los crÃmenes del franquismo-. Se habla de la Guerra Civil como enfrentamiento entre hermanos, pero fue un plan premeditado para eliminar a los sectores de sociedad española opuestos a la dictadura franquista.â€
En 1946, la Asamblea General de la ONU declaró que, “el Gobierno fascista de Franco fue impuesto al pueblo español por la fuerza con la ayuda de las potencias fascista y nazi y no representa al pueblo españolâ€.
Y el más cercano 17 de marzo de 2006, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa condenó otra vez al régimen franquista por sistemáticas violaciones de derechos en España de 1939 a 1975, porque “hay suficientes pruebas de graves y numerosas violaciones de Derechos Humanos, perpetradas por el régimen franquistaâ€.
Pero el franquismo no desaparece. En una España con una de las tasas de delincuencia más bajas de Europa, según informe del propio Ministerio del Interior, que hace de este paÃs “uno de los más seguros de Europaâ€; en un paÃs donde en un par de años ha habido miles de manifestaciones sin incidentes graves (salvo unos pocos causados por provocadores), el Partido Popular decide reformar el Código Penal y saca de la chistera una innecesaria y represora ley de Seguridad Ciudadana a la que la sabidurÃa ciudadana ha bautizado como Ley Mordaza.
La nueva normativa supone que manifestarse en transportes y alterar su funcionamiento se castigue con multas de 30.001 a 600.000 euros. Que organizar manifestaciones donde haya incidentes, y los incidentes son fáciles de provocar, puede costar un año de prisión. Que impedir un desahucio cueste 30.000 euros de multa. Que manifestarse en una oficina bancaria cueste 6 años de prisión. Que la policÃa pueda disolver movilizaciones sólo por sospechas, sin más. Que vigilantes de empresas de seguridad privada puedan controlar el orden público. Y que la resistencia pasiva no violenta se castigue con multas de 30.000 euros. Gandhi lo tendrÃa crudo en esta España neofranquista. Lo hubieran arruinado a multas.
Carlos MartÃnez ha denunciado que
“ya no hay presunción de inocencia, porque la simple acusación de un policÃa convertirá en culpables a los ciudadanos. Y los provocadores infiltrados lograrán que quienes convoquen una manifestación pacÃfica o participen en ella puedan ser condenados. Los grupos informativos en huelgas, directamente a la cárcel. Los pacÃficos escraches podrán ser delito con suma facilidad. Pintar un graffiti será delito de daños…â€.
A los viejos del lugar, todo esto nos recuerda mucho la dictadura franquista. Las nuevas leyes son una pérdida clara de derechos, porque limitan todas las libertades para liquidar la protesta social y ciudadana. Como en la dictadura. La ley Mordaza, la reforma del Código Penal y la ley de Seguridad Privada apestan a franquismo. Tal vez porque los actuales gobernantes y mandatarios del Reino de España tienen nostalgia de lo que hacÃan sin cortapisas en la dictadura sus abuelos, padres, tÃos y suegros.
Y, si alguien aún duda de que este paÃs continúa siendo bastante franquista, sepa que el Regimiento de CaballerÃa Acorazada Lusitania 8, se ha entrenado con material antidisturbios para “contención y control de masas civilesâ€. Como en las dictaduras latinoamericanas.