La droga se llevó tanto, tanto, tanto… no sólo en lo material, sino también trocitos de los tuyos, de los que te rodeaban, trocitos de amor, de cariño. Cada trozo que arrancabas al drogarte, su dolor era inmenso, no comprendían, querían saber y cuando pensaban que sabían, tú los esquivabas y otro trozo, y más dolor, llantos ocultos, lágrimas solitarias que mojan las mejillas, sin expresión ninguna, pues dentro el dolor les puede. ¿Cómo un ser humano puede ver que otro se está matando, y se ve atado de pies y manos? Ahora lo comprendemos, por lo menos yo.
Les cogí, les quité, les robé y no les di nada a cambio, sólo dolor y miedo. Al ser mayores se encontraron con un infierno que trajo su hijo a casa, no me dijeron que no, me abrieron las puertas a sabiendas del dolor que acarrearía todo aquello, un cúmulo tremendo de despropósitos, metieron la maldad en casa, a una «hiena» a la que no le importaba comerse la carroña por un gramo de cocaína, pero seguían aguantando en su ancianidad y yo mordía y mordía, cada vez con más fuerza, y ellos en soledad, lloraban y suplicaban al Señor para que me diese cuenta, pero estaba tan corroído por la enfermedad, que no me daba cuenta nada más que de mi, de mi egoísmo, sólo me hacía daño a mi, cuando era lo contrario, pero yo me hacía la víctima y más mordía y me aprovechaba de la bondad de unos padres acorralados en sus sentimientos y en la agonía de ver a un hijo autodestruirse.
Hoy mi Padre se apaga, se va yendo poco a poco. Me perdonó y me dijo que comprendía que eso era una enfermedad, está cansado y ya no quiere seguir viviendo. Llora . Á‰l que fue un pilar en la familia. Olvidemos cosas. Sólo pienso que es mi padre, que le quiero con locura y cuando se vaya no sé cómo lo afrontaré. Hay algo que, en un rinconcito de mi corazón, me hace sentir culpable, y en otro lado el egoísmo de no haber podido ser mejor hijo en los momentos que me necesitó, ES MI PADRE Y LO QUIERO CON TODA MI ALMA
Sólo puedo decir: PAPI, EL 9 DE ABRIL ESTOY A TU LADO, y sólo el hecho de estar a tu lado me reconforta. Confiaste y me dijísteis que saldría y salí, ya no te fallaré más estés con nosotros o no estés. Para mi siempre estarás a mi lado. Estoy pleno de cariño y de orgullo por el padre que tengo y que, inevitablemente, se va apagando.