EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Cuando los últimos datos del paro nos dicen que la Comunidad Valenciana (CV) sigue siendo la segunda comunidad autónoma en lo que a número de parados se refiere, cerca de 500.000. Cuando hay escolarizados en barracones alrededor de 25.000 estudiantes. Cuando la Sanidad, la Educación y los Servicios Sociales están en un lamentable estado funcional. Cuando la construcción de viviendas de protección oficial o de iniciativa pública están estancadas en la cota cero y no hay indicio alguno que nos haga pensar que el Consell presidido por Camps vaya a establecer medidas para ofertar viviendas a precios asequibles. Cuando la CV está pasando por una fase de desgobierno altamente preocupante como consecuencia de los escándalos que el caso GÁ¼rtel ha desatado en esta comunidad. Cuando esto y muchos males más están preocupando a los valencianos, a Francesc Camps, no se le ocurre otra cosa que marcharse a Boston y firmar un acuerdo para que la sede de la Volvo Ocean Race se traslade a Alicante que será, una vez más, aún recordamos la “riqueza” que este evento generó en Alicante, los hosteleros todavía están contando el dinero que se dejaron los que acudieron a presenciar este evento, se traslade a Alicante, repito, para que sirva de punto de salida para las regatas a celebrar en 2011, 2014 y 2017. Una vez más la política de gestos supera a la capacidad de gestión y desde el PP se nos dice a los valencianos, principalmente a los alicantinos capitalinos, que esto creará muchos, muchísimos puestos de trabajo, por que se construirán más barcos con motivo de estas regatas de la Volvo, el dato nos dice que en esta regata participan solamente ocho barcos y estos se construyen y se ponen a punto en astilleros muy especializados. De todos modos calcule usted los barcos que se van a construir si solo van a participar ocho cada tres años. Lo que si debería decir Camps, es cuanto nos ha costado a los valencianos, en euros, el que esta regata salga de Alicante cuando en otros países no de dan un céntimo a la organización que controla la Volvo Ocean Race, solo les ceden las instalaciones portuarias.
Toda esta parafernalia desplegada por Camps, me ha recordado a aquella película italiana de 1953 interpretada por Gina Lollobrígida y Vittorio de Sica, titulada “Pan, Amor y Fantasía”. Así nos está haciendo vivir Camps a los valencianos. El problema es que hay poco pan, mucha fantasía, demasiados barcos, mucha Fórmula 1 y atracón de la Copa del América. Todo esto me recuerda aquella escena de la citada película en la que Vittorio de Sica le pregunta a un hombre que llevaba un bocadillo en la mano: ¿Qué Come? Y el hombre le responde: “Pan con fantasía” refiriéndose al bocadillo que no llevaba nada dentro. El mismo bocadillo que nos da Camps a los valencianos: Con fantasía y barquitos