Sociopolítica

Pan y Circo

Como futbolero que me considero, adoro el fútbol, jugarlo hasta que el cuerpo aguante o verlo jugar, disfruto más jugándolo, pero eso ahora no importa. Lo que me llama la atención es la forma de vincularse a un equipo, me intriga esa sensación falsa que se percibe en la gente cuando habla usando expresiones del tipo “vaya paliza os dimos” o “que baño nos han dado”. Yo también las uso, pero inmediatamente hay alguien que te dice, “yo no jugué” o “ni que hubieras jugado”, y desemboca siempre en el típico “a mí no me dan de comer”. Y claro de estas tópicas frases de bar entre tercios bien frescos surge en tu cabeza “Pan y Circo”.

Normalmente un partido significa diversión, evasión, distracción, ocio, llámalo X, lo importante es que estás viendo como gente que gana millones por dar patadas a un balón, conste que las dan muy bien ojo, distraen a medio mundo, porque los clásicos Madrid-BarÁ§a por lo que parece se ven en medio mundo, pero ¿y el otro medio?

Pues el otro medio está tan jodido que no puede permitirse perder su preciado tiempo viendo a gente jugar al fútbol, y seguramente si cualquiera de “la otra parte del mundo” ganase tanto dinero como alguno de estos ídolos del deporte, Messi, Ronaldo, me da igual, quizás y sólo quizás vería los partidos de fútbol.

Es una pena porque me encanta el fútbol, pero no lo que representa, al igual que me encanta la gente que vive en mi país, pero no puedo decir que pueda estar orgulloso de mi país. De hecho creo que es el mismo sentimiento, la misma ilusión de “auto”-identificarse con algo que está bastante lejos de tu alcance, es decir, no por el hecho de que un campo de fútbol esté lleno y todas las gargantas griten como si no tuvieran cerebro, simplemente dejándose llevar por la masa, que a veces no tiene nada de malo, pero otras veces sí, los jugadores a los que apoyen van a jugar mejor o porque una señora mayor tenga que pagar sus medicamentos, tras haber estado cotizando toda su vida (conste que los próximos insultos no pienso contenerlos) o alguien trabaje con mucho más esfuerzo y con una jornada laboral mucho más amplia, esto no va a hacernos salir de ninguna crisis.

Y otra vez lo he vuelto a hacer “hacernos salir de la crisis”, ¿qué crisis?, porque yo veo muchas.

Pero vuelvo con lo gordo, ¿cómo es que está tan cara la patada al balón si sale por la tele?, algunos hablan de la burbuja del fútbol, y como en toda burbuja disfruta de ellas quién las crea, como un “inocente” niño que hace pompas de jabón que van cruzando el cielo sin parar jamás (esta frase es de la película Hooligans por cierto, para el que no la haya visto, está curiosa y sale Frodo sin anillo) hasta que le explota en la cara al pobre niño, que no tiene porque ser niño pobre, que está al lado y no se había dado cuenta de que alguien andaba jugando con burbujas. Ojalá que exploten todas las burbujas.

Más miedo da pensar qué puede traer de bueno para una sociedad, o al menos para una parte de ella, que durante un partido de fútbol y a veces incluso los días de antes y después, la gente sólo hable de eso, del circo ibérico. Porque un equipo de fútbol, por mucha historia, galones, títulos, fama que tenga, es más por salir en la televisión, tan sólo da ilusión, que es algo importantísimo, pero qué pasa con la gente que no ha pedido ilusiones, que no quiere directamente ilusiones, que quieren realidad. Pero todos sabemos que el fútbol no tiene precisamente una burbuja por la ilusión, sino por ser circo, distracción de la realidad, evasión.

¿Hace falta de verdad que deje de haber Pan para que la gente deje de ir al Circo?

Espero que no. En cualquier caso, nada le debe uno a su país o a su equipo en el momento en el que no los asuma como propios, y si tiene la sensación de que está lejos de lo importante, ya se meter un gol o impedir que “su” país vaya a una guerra, no los asumirá como propios. Mientras la libertad sea estatua y la justicia tenga una venda en los ojos, esto no irá bien.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.