EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Corren malos tiempos para las instituciones que se dedican a atender a las personas con falta de recursos económicos. Aquí, en la provincia de Alicante, alguna de estas instituciones como puede ser Cáritas, se ha visto obligada a cerrar algunos puntos parroquiales desde los cuales se les facilitaban alimentos a los más necesitados. Hasta tal punto es así que en la ciudad de Elda las parroquias han pedido a los ciudadanos un día de sueldo para colaborar con los afectados por la crisis. Todo ello con el fin de evitar el colapso de Cáritas al aumentar la petición de ayudas.
Ante tal situación se han dirigido a la Administración autonómica a fin de que arbitre medidas para resolver el problema que supone el dejar desatendidas a muchas personas necesitadas cuyo número ha aumentado considerablemente a consecuencia de la crisis. No obstante desde Cáritas se quiere tranquilizar a todos los afectados y se asegura que no quedará nadie sin ser atendido.
Asimismo el obispo de Cádiz ha pedido a todos los gaditanos que entreguen el 10% de sus ingresos para ayudar a Cáritas a mantener sus comedores.
Esta denuncia de la institución cristiana que es Cáritas, choca frontalmente con los sueños de grandeza del arzobispo Antonio María Rouco Varela, que por fin ha conseguido que Gallardón de el visto bueno y los terrenos necesarios, para construir lo que se ha dado en llamar el Vaticano 2. El ayuntamiento madrileño ha cedido a Rouco 25.000 metros cuadrados para que este pueda construir lo que él llama la Ciudad de la Iglesia. Su sueño dorado. Se trata de un inmenso complejo que Rouco Varela, espera que sea bendecido por el Papa, Benedicto XVI, cuando este visite España en 2011. La verdad es que, en mi opinión, hay que ser bastante ególatra para querer sacar adelante un proyecto de esta envergadura cuando los comedores de Cáritas están realizando verdaderos juegos malabares para poder seguir alimentando a los que a ellos acuden.
El costo de este “mini vaticano” puede ascender a decenas sino a cientos de millones de euros y una se pregunta de donde va a sacar Rouco tanto dinero. ¿De los cepillos de las iglesias? ¿De la colecta de la misa diaria? ¿De lo que las parroquias puedan recaudar por misas, bautizos, comuniones, bodas y otros servicios eclesiásticos? A lo mejor piensan renovar el Concordato y obtener más dinero de los contribuyentes de un país constitucionalmente aconfesional. Y uno vuelve a preguntarse: ¿Qué es mejor, darle de comer al hambriento como dijo Jesucristo, o construir fastuosos edificios para inmortalizar Rouco su paso por el arzobispado y sus etapas de presidente de la Conferencia Episcopal Española?
Ken Follet, en la introducción de su libro “Los pilares de la Tierra” en el cual nos cuenta, entre otras historias, la construcción de grandes catedrales, el autor del libro se pregunta que para qué se construían estas, y dice que “hay respuestas muy sencillas –para glorificar a Díos, para satisfacer la vanidad de los obispos, etc.”- Yo también me pregunto si este “mini vaticano” que quiere construir Rouco es para mayor gloria de Díos o para mayor gloria suya. No corren buenos tiempos para tales dispendios para glorificar a Díos, si esa es la verdadera intención de Rouco, creo que Díos no le tendrá en cuenta, para nada, que abandone este proyecto. La soberbia, la vanidad, se refleja muy claramente en los Siete Pecados Capitales. Eso no glorifica a nadie.