EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
“Al parecer dentro de esa “plan estratégico” para obligar a los parados a buscar empleo entra esto de la limpieza de los bosques quemados”
Efectivamente muchas cosas están cambiando en este país desde que Mariano Rajoy, fue nombrado presidente del Gobierno. No hace mucho tiempo cuando alguien era condenado a prisión, por cometer un delito en el que se producían daños a las personas o a las cosas, se decía aquello de: “A estos los ponía yo a picar monte”. Esto parece que se va a hacer realidad solo que con una “ligera variante” la de que ahora los delincuentes, los condenados, son los parados. Rajoy, harto de tratar a los parados de gandules ahora los considera unos delincuentes a los que hay que castigar duramente. El Gobierno ha aprobado un Real Decreto Ley de medidas urgentes para paliar los daños sufridos en las personas y los bienes afectados por los incendios forestales que contempla el que el Gobierno “solicitará” a los parados que presten sus servicios a administraciones públicas o entidades sin ánimo de lucro y por ello seguirán cobrando la prestación o el subsidio. Lo que no entiendo muy bien es eso de que el Gobierno “solicitará” cuando en realidad se trata de una obligatoriedad ya que en el mismo Real Decreto se contempla la imposición de sanciones a aquellos parados que rechacen el limpiar montes, por lo que pueden perder su subsidio o ayuda según el caso. Si no estoy mal informado, los reales decretos los firma el Rey.
Por lo visto el Gobierno piensa complementar la intervención de la Unidad Militar de Emergencia, dedicada, entre otras tareas, a la extinción de incendios forestales, con una especie de Batallón de Parados que se dedicarán posteriormente a la limpieza de los montes quemados. Esto del “Batallón de Parados” me recuerda a aquellos batallones de penados que creo Franco recién acabada nuestra Guerra Civil. Esos batallones de trabajos forzados, se nutrían de personas que el único delito que habían cometido era el de haber servido a la Segunda República. Ahora Rajoy no se quiere quedar atrás y para mostrar su caudillaje ha creado, mediante Real Decreto, el “Batallón de Parados” cuyos componentes se verán obligados a coger el pico y la pala y con ello a limpiar los montes quemados, un trabajo nada sencillo y desde luego bastante duro. El único delito que han cometido los que sufran este castigo es el de haber perdido su empleo. Como se puede comprobar Rajoy se está cebando con los parados como si estos fueran los culpables de lo que está pasando y de la ineptitud de su Gobierno. Como estrategia para “forzar”, “animar” dicen desde el Gobierno, a los parados a buscar empleo dictaminó, el Ejecutivo no hace mucho, el que a partir del séptimo mes se les rebajaría la prestación que vienen percibiendo, amén de haber dejado a otros sin el cobro de los 400 euros del Plan Prepara. Al parecer dentro de ese “plan estratégico” para obligar a los parados a buscar empleo entra esto de la limpieza de los bosques quemados, pero… ¿Dónde están esos puestos de trabajo? ¿Qué está haciendo el Gobierno para crearlos? Si los puestos de trabajo estuvieran en venta la gente se daría de bofetadas en la cola para comprarlos, aunque la verdad sea dicha y si tenemos en cuenta las condiciones que se les imponen a la hora de darles un trajo se puede decir que el puesto de trabajo les sale caro a los que lo consiguen.
Con esto de obligar a los parados a hacer estos trabajos de limpieza se produce un enorme agravio comparativo, ya que se da el caso de que cuando los cargos públicos acaban su legislatura y no repiten se les da una especie de indemnización para que puedan “aguantar el tirón” hasta que se “recolocan”, lo mismo sucede con los altos cargos del Gobierno, incluido su presidente, y ya a menor escala con concejales y personal de confianza, ante esto cabe preguntarse, más que preguntarse, exigir, que porqué todos estos no realizan trabajos en empresas sin ánimo de lucro, ONGs y asociaciones benéficas, así como ayudando a las personas dependientes y sirviendo en los comedores sociales y si esto resulta una “bajeza” y un “desdoro” para ellos pueden prestar sus servicios en la Administración del Estado en aquellas instituciones en las que por su preparación intelectual o profesional puedan ser útiles y por tanto servir de apoyo, a fin de cuentas son personas en paro como los demás españoles que sufren esta circunstancia. Incluso limpiar montes quemados ¿por qué no? Creo que esto el Gobierno debe de considerarlo y proceder en consecuencia. O todos o ninguno. “Thast is te question”.
Queda no obstante, la incógnita de si a partir de esta nueva norma los parados serán considerados como tales o como penados.