Economía

Parados sólo están los muertos (La economía sumergida en españa supone entre el 16% y el 20% del PIB)

Y mira que no me gusta esa frase, pero no encuentro ninguna que defina mejor los datos que hoy ha hecho público nuestro insigne (y lo digo sin ironía, ¿o no?) Ministro de Trabajo e Inmigración, Don Celestino Corbacho I Chaves, en los cuáles se constata que la economía sumergida supone entre un 16% y un 20% del PIB.

Eso es una auténtica barbaridad, porque quiere decir que de cada 100 euros que se producen en nuestra economía casi 20 no están controlados por la Administración, por lo que no tributan, es decir, que se está perdiendo un 20% de los ingresos del Estado.

Sin embargo, no podemos culpar a nadie, porque, como digo en el título, «parados sólo están los muertos» y una persona que no encuentra ingresos en el mercado regulado no tiene más remedio que buscarse la vida en la economía sumergida.

La economía sumergida es siempre un diagnóstico claro del funcionamiento de un país, un mayor porcentaje de economía sumergida supone un peor funcionamiento de éste.

Un peor funcionamiento que se presenta en forma de excesiva burocracia, de rigideces innecesarias y de gravámenes desproporcionados en las rentas del trabajo. Ello provoca que el ciudadano trate de burlar las barreras que el Estado le pone y caiga en la economía sumergida.

Además, en un contexto de elevado desempleo, como es el actual, el trabajador sin empleo buscará opciones para obtener ingresos de la forma que sea.

El error de este gobierno (y de todos los anteriores) es gastar una partida presupuestaria en la lucha contra la economía sumergida, sin comprender que la mejor lucha contra ésta se produce desde la coherencia regulatoria y la desaparición de la burocracia innecesaria.

La flexibilización del marco jurídico laboral garantizaría la existencia de diferentes opciones contractuales para empresario y trabajador, lo cuál elminaría parte de la economía sumergida; y la relajación de los trámites burocráticos para la formalización de una empresa haría que muchos autónomos y empresarios que ahora trabajan sin cotizar entraran dentro del sistema.

Cualquier otro esfuerzo intentando erradicar la economía sumergida sería totalmente inutil. Otro caso bien diferente, claro está, es la economía sumergida ilegal, es decir, aquella que no sólo está fuera del marco jurídico, sino que, además, tiene como objeto una actividad ilegal, la cuál debe de ser perseguida con toda la fuerza de la ley.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.