Enfoques cooperativos; Hoy: «Paraguay: emergen síntomas de agotamiento del gobierno golpista y se incrementa el desafío para los sectores democráticos».
José Yorg, el cooperario.
“Se puede abandonar a una patria dichosa y triunfante. Pero amenazada, destrozada y oprimida no se le deja nunca; se le salva o se muere por ella.”
Maximilien Robespierre
Qué dudas cabe que el poema “Buenos Aires” de Jorge Luis Borges que termina con los recordados versos: «No nos une el amor, sino el espanto, será por eso que la quiero tanto», describe la unión entre los golpistas parlamentarios paraguayos que impusieron al régimen presidido por Federico Franco, que hace un mes parecía casi imperturbable, hoy, desde esa trama de consenso más portentoso que había vivido Paraguay desde su primera emancipación comienza a emerger síntomas de agotamiento del gobierno golpista y se incrementa por tanto el desafío para los sectores democráticos.
El gobierno de Franco está sencillamente atormentado por múltiples manifestaciones populares de rechazo y repudio en sus diversas formas y maneras, tanto en las calles como frente al Cabildo que incrementan su descrédito generalizado, sumado al desmerecimiento de los otros poderes ( legislativo y judicial) de una población que de la frustración pasa a la indignación y protesta.
El actual gobierno del Paraguay plantea un serio dilema, por su origen, por sus ejecutores, por su método, por sus objetivos y motivaciones y que generan un escenario de confrontación social cuyas consecuencias son…. ¡realmente imprevisibles!
La crisis de gobernabilidad que enfrenta actualmente el régimen franquista pronto entrará en un ciclo agudo y crónico de contradicciones insalvables provenientes de su propio seno y que definirán su suerte. Las insalvables contradicciones existentes entre ambos partidos (colorados y liberales) además de los existentes en sus propios senos internos, rápidamente desataran una feroz pugna por alcanzar mejor posicionamiento político de caras al año electoral que se avecina.
Un vez más: “sólo el pueblo salvará al pueblo”
Los golpistas, educados en la siniestra pedagogía stronista, apuestan a que el pueblo se resigne y vuelva a su actitud temerosa y vacilante de ayer, se desmoralice en el transcurrir de los días, se desmovilice y acepte las tropelías, el abuso de poder y los engaños partidarios. Nada de eso ocurre, y antes bien, la ciudadanía de dentro y de fuera del Paraguay estrena creativamente nuevas y vigorosa formas de debatir y protestar.
Se visualiza que el golpe parlamentario,-triunfantemente impuesto- paulatina, pero inexorablemente, se convierte en una derrota política.
Desde este escenario los movimientos sociales y políticos cualitativa y cuantitativamente van ganando consenso frente a un gobierno aislado externamente.
Sin dudas, y una vez más, la consiga popularizada en los años dictatoriales latinoamericanos: “sólo el pueblo salvará al pueblo” encuentran eco en una realidad paraguaya dolorosa, que sin embargo, alumbra un porvenir libertario transformador de una Patria emancipada “sin hambre ni penas ni odiosas cadenas que empañen su honor donde el bien impere sin sangre ni luto bajo su impoluto manto tricolor”.
Todo ese gran cúmulo de anhelos y esperanzas de construir una Patria, esa “Patria soñada nueva que augusta se eleva de la gloria al reino libre de ataduras nativas o extrañas guardando en la entraña su prenda futura. Patria que no tenga hijos desgraciados
ni amos insaciados que usurpan sus bienes, pueblo soberano por su democracia
huerto con fragancias de fueros humanos”, nos recuerda Carlos Miguel Giménez. Eso y no otros son los objetivos y guía en acción de la ciudanía paraguaya actual.
¡En la fraternidad un abrazo cooperativo!