Escribo tras la última reunión de los presidentes de gobierno de la UE y en la que la alemana (“tomando el mando”) ha puesto firmes a todos y ha exigido normas a seguir; pero allí mismo, nuestro ya inservible presidente, hace unas declaraciones, que como siempre son ambiguas y termina diciendo, algo sobre una comisión que estudie y proponga no sé cuantas cosas más, que como las anteriores, solo servirán para que este inútil mandatario prolongue su desastrosa etapa; y así aguantar hasta que por ley, lo echen las urnas, cosa que si pudiera evitar lo haría y se eternizaría en la Moncloa, pues visto lo ocurrido, pareciera como si tuviese el culo soldado a la poltrona presidencial.
Pero ni este inútil, ni tampoco los inútiles que mangonean las autonosuyas (que no autonomías, puesto que han representado una carga más y enorme para el pueblo contribuyente) hablan de lo primero que tendrían que haber hablado, planteado y saneado, tan pronto supieron (que lo supieron digan lo que digan y lo hagan como quieran) que iniciada la crisis económica, la solución que tomaron sería la ruina de unas deudas a contraer y que la economía nacional no podría soportar, teniendo que endeudarse en el extranjero, de forma ya incalificable por la cuantía a que se ha llegado, sumadas todas las deudas públicas. El último informe del Banco de España es desolador, puesto que pronostica la subida del paro, el descontrol del déficit público y ello incluyendo el 2011 y 2012. Por otra parte se ha publicado que las empresas han reducido empleo en un dos por ciento y de los autónomos y pequeñas, sólo en lo que va de 2011, han desaparecido “otras cuantas miles más”, a sumar a la infinidad de las que ya desaparecieron.
Y lo primero a realizar, era y sigue siendo, el “limpiar la bárbara administración pública de parásitos”; de los ejércitos (sí ejércitos y en plural) de enchufados a la misma y de los que seguro estoy se podrían suprimir dos tercios de los que hay; y ello es deducible por el más tonto de los españoles, puesto que si con Franco apenas había seiscientos mil y con esta monstruosa administración que soportamos, hay nada menos que tres millones doscientos mil “y pico”; las cuentas son bochornosamente claras, teniendo en cuenta que en la época de la dictadura de Franco, no había ordenadores y hoy en cada mesa de “enchufado a la teta nacional”, hay uno por lo menos; y un ordenador bien empleado (lo sé por propia experiencia) multiplica el trabajo que puede rendir un individuo.
Pero es que aparte de la enorme carga humana, hay que sumar aparte la de los coches oficiales (que tenemos más que en los Estados Unidos de Norteamérica), la cantidad de edificios, pisos, locales y demás habitáculos, que estamos pagando para meter en ellos a esa gran cantidad de funcionarios que más que otra cosa, nos complican la vida y nos la encarecen cada vez más. Para comprobar ello, no tiene uno nada más que darse una vuelta por la ciudad y ver la cantidad de organismos y similares, que hay en múltiples calles y dependientes del Estado, de las autonomías, de las diputaciones y de los municipios, de los que y como ejemplo, el mío propio (una ciudad de 115.000 h.) de unos pocos cientos de empleados, llega hoy hasta casi los dos millares; con lo que aparte de habernos “asado a impuestos locales”, no puede ya pagar ni las nóminas y tiene una deuda que habrán de pagar (si llegan a pagarla) varias de las siguientes generaciones que nos sucedan a los aún vivos, pero bastante cabreados ya.
Los políticos (y ahora meto a todos y a todos los partidos) obraron de forma, que hoy podemos considerar delictiva, aunque no existan leyes penales para ello, puesto que los avisos se les dieron y ellos debieron prevenirlos con sus propios técnicos; vean alguno de ellos y que tengo en mi archivo.
“Por cada puesto funcionarial creado por el Estado, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos han sacado a concurso quince, sin contar con el personal que trabaja para los entes públicos de las Administraciones Territoriales. Así señala en un informe del Círculo de Empresarios, en el que se denuncia que, “el Estado autonómico”, una de cuyas finalidades consiste en el aligeramiento del peso de la burocracia, no sólo no ha frenado, sino que ha impulsado al alza el volumen de funcionarios existentes en España. Según el Círculo de Empresarios la descentralización debiera haberse traducido en una notable reducción de empleados públicos”. En ese momento las autonomías tenían ya 1.799.053 empleados (Diario ABC del 10-08-1999 el que se extiende mucho más en otros datos por el estilo.) ¡¡Hace once años de ello!!
Unamos a todo este desastroso balance otros no menos desastrosos, como el que sigue: “El Gobierno ahorraría 4.000 millones anuales si renegociara sus contratos: Las Administraciones podrían evitarse recortes dolorosos en pensiones o salarios, si por ejemplo, escogieran mejores tarifas eléctricas, telefónicas o de limpieza”. Lo que antecede, son sólo los titulares de un informe a página completa, que el diario Expansión, publicaba el 20 de Julio de 2010; unamos a todo ello, las formas de contratar las obras públicas, compras de material o suministros infinitos y el “compadreo clásico y español, amén del amiguismo y vista la corrupción, podemos pensar en sobornos incalculables”; lógico pues la ruina actual de españa (hay que ya escribirlo con minúsculas)… De todo ello los culpables son, los políticos, todos los políticos que han intervenido en la administración pública y sean del partido que sean… dejemos las excepciones, por si las hay y son demostrables exhaustivamente.
Esa es la realidad que nos asola y sigue asolando… todo lo demás ES MENTIRA.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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