A sus órdenes, caudillo, general, y así hasta el militar veterano y tras él, el petate recién llegado. Incluso, cuando se trata de iniciativas: a sus órdenes; con su permiso y a lo que usted mande, señor. (Me perdonarán las imprecisiones: no hice el servicio militar). Pregunta: ¿La organización de los partidos políticos contra el capitalismo económico se copió del sistema militar? “Militantes” nos llamamos (como tal sí sirvo). No creo que fuera por la impaciencia del “ni un paso atrás, ni para coger impulso, pues hay más tiempo que vida”, sino por la orden de mando, en pro de la disciplina, condición sine qua non se vence al adversario enemigo, al decir del reglamento. ¡Qué royo! Quienes ocuparon las plazas o el ágora en cualquier tiempo, desde el cercano en el Mayo 68 y el contemporáneo el 15 de Mayo de 2011, es decir hoy mismo, han hecho añicos la militancia y ahora como indignados se proclama la libre expresión y la participación, siempre ya la democracia real. La nueva música es el Nobel Bob Dylan. Es posible minar el orden para que explosione una nueva Constitución. Pactaron en el 78 y ahora un nuevo pacto ha de ser reeditado, pues el mundo ha cambiado a global y la auctóritas ha de ser local, empoderando a las ciudades. Hemos padecido y padecemos penumbras intelectuales, pero es cierto que otro orden global y local han de ser posibles, para más participación en pro de la igualdad de géneros, obligados a restituir el desdén a la mujer; en pro del Planeta, que nos da la vida y en pro de la libertad de movimientos de personas sin fronteras. Si yo fuera líder, dejaría de ocuparme de militancias y me dedicaría a componer y comprender un alfabeto global, como es el mundo constructo precisamente de aldeas ciudadanas.
Manuel Pérez Castell
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