Ayer andaba yo con ganas de escribir una nota, o lo que fuera, ya que el desahogo de echar lastre fuera alivia en algo las maltrechas neuronas y hace que se sienta uno como más ligero.
Sin embargo hoy, con la sesera hecha un ovillo, por los últimos acontecimientos, no sé por donde empezar, porque es cuestión de eso, de empezar, que luego, cuando se han calentado los dedos, las cosas van saliendo solas.
Para esos amigos que tengo al otro lado del Atlantico, y que me etiquetan en sus fotos donde se opina sobre el tema ‘droga’, decirles que si no entro a las respuestas no es, ni mucho menos, por hacerles un desaire. Es, más bien, por la apatía y desanimo que me produce el ver las cosas venir, del modo que las veo. La legalización de la marihuana está ahí. Desde el momento que se hizo la pantomima de despenalizar la tenencia y el consumo, se abrió la puerta para, poquito a poco, irla dejando entrar, y ya la tenemos dentro.
El presidente de Costa Rica, José Múgica, hizo el amago de legalizarla, y después dio marcha atrás con la excusa de que la sociedad costarricense aún no está madura para esta legalización. Lo que muchos han interpretado como una retirada, no es otra cosa que un paso atrás para coger impulso, y del siguiente tirón legalizarla sin más. Y éste será el pistoletazo de salida para la total legalización en toda América Latina, y después se irá extendiendo como una mancha de aceite al resto del planeta.
Da repelús leer que Holanda quiere prohibir el consumo de marihuana dentro de los colegios. Esto significa que a día de hoy se está consumiendo marihuana en los colegios, con el beneplácito de las leyes holandesas. En mi poder, y en el de tanta gente más, hay dossieres muy serios que hablan del peligro del consumo de droga a edades tempranas, cuando el cerebro humano aún no ha terminado su maduración.
Los dirigentes políticos, haciendo gala de una miopía increíble, no ponen coto a tales despropósitos, sabiendo como saben, que tenemos una sanidad insostenible, con una población envejecida que,según el ex primer ministro japonés Taro Aso «lo que tiene que hacer es morirse pronto«.
No se dará cuanta el tal Taro «Asno» que él anda ya pasadillo de fecha.
Pues como decía, con una sociedad envejecida, y con una futura juventud enferma, es más oscuro que negro el futuro que se adivina.
Como no pongamos pies en pared y luchemos contra la droga con las mejores armas que tenemos: Información en la prevención y pedagogía del no consumo, nos encontraremos, más pronto que tarde, llorando ante el muro ciego al que nos habrá llevado la codicia humana y la ineptitud cómplice de nuestros gobernantes.
Ahora andamos con el «y tú más» de las corruptelas, desviando el interés y atención de cosas realmente muy serias como de la que he hablado.
Otros estarán haciendo sus cábalas y tirando de las predicciones de San Malaquías ( la renuncia del Papa va a traer otro aluvión de estas cosas).
Unos pensaremos que no será para tanto, y otros verán la Parusía a la vuelta de la esquina. Para estos últimos, aconsejarles que sólo lean el evangelio de Marcos, que es el único evangelista que no hace mención a este hecho. Sólo nos faltaba pensar que como la Parusía está al caer, no merece la pena que hagamos demasiado por nada.
Pero ya sabemos: «A Dios rogando y con el mazo dando«.