No será porque no lo advertí. En mi artículo del pasado día 01.11.2013 titulado Victoria Prego da la puntilla a Pedro J. Ramírez en el que escribía que Victoria Prego–adjunta al director de El Mundo, Pedro J. Ramírez–, afirmaba categóricamente la autoría del terrorismo islamista del 11-M, decía:»Lo que no sé es si el ‘tiro de gracia’ que Victoria Prego da a toda la conspiranoia mediática y política del 11-M ha sido queriendo o porque sin querer se le ha disparado el gatillo, o si es que ella misma, a propósito y a sabiendas, se ha dado un tiro en su pie de El Mundo. Eso lo vamos a ver en los próximos días, semanas o meses. Lo cierto es que lo escrito por Victoria Prego destroza todas las teorías conspirativas que El Mundo –el periódico en el que escribe y del que ella es adjunta al director Pedro J. Ramírez– ha venido manteniendo sobre el 11-M desde hace ya cerca de diez años«. Pues bien, han bastado sólo dos días para que dichos supuestos se confirmasen, y añado uno más: tal vez sea la burda estratagema del poli bueno-poli malo para seguir haciendo caja con la venta de ejemplares a cuenta de los atentados, como Aznar con sus memorias.
El caso es que el 03.11.2013 El Mundo reabre de nuevo «las dudas» a cuenta de la segunda entrega de las memorias de Aznar, lo que evidencia una encarnizada lucha en el periódico El Mundo, máxime si a lo dicho por la adjunta al director, Victoria Prego, le añadimos lo dicho también por el vicedirector Casimiro García-Abadillo días atrás: «Después de muchos años de investigación, no tengo prácticamente ninguna duda de que sus autores (al menos, parte de ellos) fueron los llamados suicidas de Leganés. Es decir, que el atentado (con colaboración o no) fue obra de un grupo yihadista«.
Yo no voy a leer las memorias de Aznar, no me hace falta. De momento tengo suficiente memoria propia para retener lo dicho por él en otra ocasión: “Debo reconocer que tal vez la opinión pública española no era lo suficientemente consciente, hasta el 11 de marzo, del alcance de la amenaza del terrorismo islámico, o por lo menos, no tanto como lo ha sido del terrorismo de ETA. Si es así, el Gobierno tiene sin duda una responsabilidad que asumir. Quizá los propios éxitos conseguidos en la lucha contra ETA en los últimos años nos ha llevado a bajar la guardia ante la amenaza fundamentalista”… «Las redes del terrorismo fundamentalista islámico están extendidas por todo el mundo y también por Europa y nuestro país. En algunos casos, hemos sido capaces de detectar sus movimientos a tiempo. El 11-M, desgraciadamente, no supimos hacerlo«.
Y en cuanto a la batalla feroz y frontal que se ha abierto en la dirección del periódico El Mundo –el diario oficial de la conspiranoia– y en el resto de la conspiranoia mediática y política, tengo más que suficiente con lo que Pedro J. Ramírez dice sobre su «gran amigo» Aznar: «…Con el caso GÁ¼rtel concluye un ciclo iniciado en el Congreso de Sevilla del 90…» (Se está refiriendo al PP). «… El punto de inflexión se produjo con la mayoría absoluta del 2000. Todas las expectativas sobre cambios en las reglas del juego, más democracia interna y más control de la sociedad sobre el poder –aplazadas durante la anterior legislatura por falta de apoyos parlamentarios– decaen definitivamente entonces, en la medida en que Aznar considera que al cumplir la promesa de permanecer sólo ocho años en La Moncloa queda exento de todas las demás. Es el momento de levantar el pie del freno y disfrutar conduciendo el bólido sin miramientos ni restricciones. Por eso se despeña en el barranco de Irak y la gestión del 11-M…«.