No se cumple ni un mes del cierre indefinido de mi blog La verdad os hará libres cuando me veo embebido en un nuevo proyecto, interesante sin duda, y que no puedo obviar por ser demasiado importante. Y es demasiado importante porque la esencia es parte de lo fundamental del hombre, o sea, la libertad innata del individuo.
En numerosas ocasiones he discutido con compañeros de la red acerca de este tema. La libertad es algo arraigado, innato e intrínseco del ser humano, en sí y por si, que diría Unamuno, y por ende no puede ser expoliado por nadie. O no debería. En una sociedad mediocre y en decadencia desde el siglo VI aC, que diría Sánchez Dragó, cualquier cosa es posible, hasta el desarraigo más profundo y la abyección más escandalosa.
Dice una frase internacionalmente conocida de los evangelios, pronunciada por Jesús de Nazaret (que me perdone Sánchez Dragó por esta denominación que el refuta en su Carta de Jesús al papa), que la verdad nos hará libres. Quiere esto decir que la única forma de expresar o materializar esa libertad intrínseca que tenemos es mediante la verdad, y que sólo la recta forma de hacer las cosas conforme a la verdad puede permitirnos ser verdaderamente libres.
Pero el título de este digital nos debe hacer pensar, valga la redundancia. La verdad nos puede, nos debe, nos hace libres… Pero, ¿Y pensar? ¿Hay algo más libre que pensar?En los momentos más terribles, como el que pudo vivir cualquier judío residente en la alemania nazi…¿De qué sirve la verdad? Ellos no eran libres, al menos para actuar, pero sí lo eran para pensar. La libertad para pensar no se pierde nunca, salvo por ejemplo en las demencias. Luego, ¿Es pensar lo que verdaderamente nos hace libres? ¿O es la libertad algo más que la simple suma de las partes?
Yo, sinceramente así lo creo. Me niego a aceptar que uno de los ancianos que atendemos en la sala de medicina interna del hospital carece de libertad por estar imposibilitado, demenciado o ser dependiente. El anciano es libre, porque ser libre es un privilegio que no se le puede alienar ni a él ni a nadie. Encerrar a alguien, por ejemplo, no es privarle de libertad en su concepto global. Se puede restringir una esfera de su libertad, pero la esencia de la misma permanece mientras siga existiendo el ser humano en cuestión como tal.
Por eso me parece estupendo este proyecto, porque es a priori una forma de canalizar nuestra libertad. Una forma en que personas de diversas naturalezas e ideologías van a intentar, vamos a intentar, plasmar en unas líneas nuestros sentimientos e impresiones, o sea, plasmar parte de nuestra libertad. Quizá pensando y escribiendo nos acerquemos a la verdad, y así podamos saborear la verdadera libertad.