¿Quién soy? ¿Qué eres? Es muy profundo… En este ritmo de vida tan acelerado, con tan poco tiempo para cada uno, ¿realmente sabemos quiénes somos? o ¿simplemente nos dejamos llevar, nos acomodamos y creemos que realmente es eso lo que somos? Para mí, saber quién soy entra un tanto en lo espiritual: hay que separar tu cotidianidad, y reflexionar. ¿Soy lo que quiero ser? ¿Me reconozco? o ¿simplemente hago lo que empecé de pequeño, y continúo de mayor, porque lo hacen todo los demás? A lo mejor no soy dueño de mi vida, estoy dentro del rebaño, y no me he planteado caminar en dirección contraria, teniendo decisión propia, tomando postura ante la vida, la mía, no la que quieren los demás… Yo lo hacía, para que no me apartasen y fuese considerado diferente…
A lo mejor me doy cuenta de quién soy y quiero cambiar, porque no me gusto, o no quiero continuar igual. Los seres humanos somos cómodos, y los cambios interiores suponen mucho esfuerzo, y entra la pereza, y nos conformamos, pues somos un tanto vagos y conformistas.
¡Qué bello y maravilloso es conocerse a si mismo! Mirar las cosas desde otro prisma, el de tu verdad, el de saber que sabes lo que quieres y cómo eres y que todo, todo, tiene un significado, que no es una simple acción sin importancia que no valoras. Ahora todo, todo, tiene su valor: tocar, sentir, amar, saborear, etc.
Sabes quién eres, y ves y sientes la vida . Miras al cielo y te das cuenta de la maravilla de planeta que habitas. No eres uno más. Sientes, o mejor dicho todo tú se llena de sensaciones. Ya no eres un ser gris que no se fija en casi nada, y pasa por la vida por el simple hecho de pasar por ella, y no ve lo que algunos sentimos y vemos (porque en un momento determinado nos paramos a pensar ¿quién soy? y ahí empieza otra forma de vida, de existencia llena de impresiones y sensaciones nuevas).
Párate y reflexiona en alguna ocasión: ¿Quién eres? ¿Qué eres?
Mejor dicho, piensa un poco en ti.