Inmersos como estamos en una economía global lo que suceda al otro lado del mundo, al igual que con nuestros vecinos del norte y del sur, nos afecta indefectiblemente. Oportunidad importante se le presenta al país en estos momentos si fueran capaces de gestionarla como correspondería nuestros gobernantes. Hasta el momento en materia turística para poder hacer frente a la crisis, la promoción del gobierno español se ha centrado en el fomento del denominado turismo de fin de semana desenfrenado para la gente joven, no se le puede denominar turismo sexual propiamente dicho, pero si precios baratos y juerga con variedad de todo a buen precio.
Considero que se han cometido errores y parece que con este gobierno y con varios autonómicos tenemos un problema: semejan no saber de la importancia del turismo. Podemos tener unos años buenos, debido entre otras causas a los conflictos de los países árabes y además la economía está regular en Europa. Dando un buen servicio y buenos precios podríamos buscarle los cuatro pies a la silla. Infraestructuras no faltan, se podrían salvar muchos puestos de trabajo e incluso crear empleo.
Esperemos que el gobierno utilice sus recursos y con un buen programa de promoción e incentivación turística podamos hablar claramente en positivo, aunque claro está, siempre es más sencillo ignorarlo, más cómodo y fácil hacer pegatinas y cambiar la velocidad a 110 que ponerse verdaderamente a trabajar codo con codo con los ciudadanos y salvar puestos de trabajo e incentivar la economía.
En mi opinión, el crecimiento económico es una condición imprescindible para la creación de empleo. El PIB puede crecer igual por las drogas, la pornografía o la fabricación de armas que por la educación, la sanidad o la atención a los ancianos. Pues si la historia nos brinda esta oportunidad de aumentar el PIB en los momentos de crisis brutal que estamos sufriendo con un buen turismo, pues a trabajar y a fomentar el turismo que variedad de oferta tenemos para ello. No nos podemos olvidar que cada turista es un reguero de dinero que va soltando aquí y allá aunque sea turismo barato y que aunque gaste poco siempre va consumiendo. Cambiemos la promoción errática del turismo desenfrenado de fin de semana por la calidad y la excelencia sin dejar que las buenas expectativas para la próxima temporada nos distraigan de la necesidad de seguir mejorando el producto turístico español en importantes áreas como las de las infraestructuras, promoción, innovación tecnológica, formación, atención al turista, seguridad o calidad.
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