Sociopolítica

Podemos: ¿Demócratas, observadores y xenófobos?

Los últimos tiempos se caracterizan por una pléyade de sociólogos que deslindan desde un punto de vista formal -es decir bastante lejano de la agitada realidad- comportamientos y dinámicas sociales.

Sin embargo, el reconocimiento secular, aquello que constituye una lógica arraigada, define nuestro refranero cuya fiabilidad y buen tino acreditan su prestigio. De la extensa colección, uno apunta: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Se ajusta plenamente al fondo embaucador, falaz, de populismos tan inciertos en el siglo veinte y ahora. Describe también a individuos arrogantes o engreídos que, a la postre, despiertan conmiseración más que rechazo. Pese a ello, frecuentemente, ocasionan extravío y caos. Pensemos en cualquier régimen sustentado sobre una plataforma populista, seductora, pero falsa.

Todos los partidos políticos, sin excepción, exhiben maneras tan atractivas, máxime cuando se aproximan comicios.

No obstante, debemos distinguir guiños populistas con fines electorales de aquellos que esconden una carga doctrinal, tiránica. Unos pretenden arañar votos inocentes, sin fundamento, mientras otros ansían implantar sistemas totalitarios, fascistas, liberticidas. Si analizamos testimonios, obras y conductas, estaremos en condiciones de diferenciarlos sin grandes dificultades. A poco, practicando un pulcro examen, seremos capaces de distinguir divergencias irreconciliables. Solo quienes evitan -por desidia o incomodo- la reflexión racional, cometen errores cuyas consecuencias, en este campo, suelen ser escalofriantes.

Podemos, disparidad hecha partido, es el paradigma de lo expuesto.

PODEMOS. Pablo Iglesias - EL GRAN DICTADOR

Foto: http://chistesdepodemos.blogspot.com.es/

Sus líderes más representativos, en particular Pablo Iglesias, acompañan cualquier alegato o discurso con esta cuña que busca efectos reflejos, viscerales: “nosotros, los demócratas”. Semejante identificación implica imputar al resto una obvia hipoteca dictadora, estirpe de la peor calaña. Tan sibilina trampa, hábil argucia hecha soporte, se da únicamente en los populismos con vocación opresora. Podemos se muestra (por estos signos, y otros menos sofisticados) un partido antidemocrático. Lo constatan no ya sus modos ni actitudes sino su encarnadura, puesta de relieve por sucesivos hechos que resultan irrefutables. La brusca destitución de Sergio Pascual, “por gestión deficiente”, comporta una referencia evidente del proceder personalista, arbitrario, a las bravas. Círculos, asambleas, participación, pasaron a mejor vida; queda un caudillaje incontestable, antítesis del marco democrático. Oculto tras eslóganes impíos, huecos, emerge el ordeno y mando. Todo lo demás es comparsa, relleno, camuflaje. Lenin y Stalin realizaban purgas a los “enemigos del pueblo y contrarrevolucionarios”. Del mismo modo, Hitler acusó a Lubbe (un comunista) de incendiar el Reichstag, para terminar con su control y regulación general por “conspiración contra el Estado alemán”.

Lejos de mi intención está cargar tintas contra Podemos. Ellos no necesitan sardinas para beber vino, según reza un dardo bastante común por mis tierras natales. Es decir, se bastan y sobran para subrayar flaquezas sin el concurso de catalizadores externos. Con motivo del pacto antiyihadista, ya a mediados de noviembre pasado, Pablo Iglesias -o sea Podemos- dijo, cuando no lo firmó, que hacerlo “supone renunciar a derechos civiles y no es eficaz”. Como si a él le importaran mucho los derechos civiles según se desprende de la indiferencia mostrada, entre otros casos, ante la prisión de Leopoldo López. Eso sí, no quiere dar la espantada total y se apresta a asistir a las reuniones protagonizando el papel de observador que queda muy chic. Efectúa esa estrategia, impoluta asimismo, del “ni sí ni no, sino todo lo contrario”. Estoy convencido de que existen demasiadas debilidades e inconsistencias para tapar desequilibrios estratégicos, quizás ideológicos, con el vocablo “observador”.

Ášltimamente, ha ido tomando cuerpo una explicación mucho más beligerante, agresiva. A los partidos del pacto les atribuyen una naturaleza xenófoba a la hora de converger resoluciones. Su cinismo (personas de Podemos o adscritas a las confluencias) alcanza cotas inmundas al acusar a rivales de un embarazoso pecado social. No solo huyen, además insultan al que actúa correctamente. Pese a la absurda justificación, todavía habrá alguien que considere fidedigno tamaño disparate. Deben confiar en el éxito de su mensaje. Por este motivo, y aun a sabiendas que el país lo puebla un elevado porcentaje de necios, por no decir imbéciles, me asombra la credibilidad que despiertan estos peligrosos aventureros.

Uno, entrado en años y conocedor de la semilla social, reconoce (pese a las apreciaciones poco tranquilizadoras) enorme largueza a la hora de tasar los componentes sociales, que Bourdieu fraccionaba en campos; aquí, intelectualmente estériles.

Ese batiburrillo de estridencias en que se sumerge Podemos, promueve lo afirmado por el portavoz de Aranzadi-Podemos en el Ayuntamiento de Pamplona para abstenerse a la hora de condenar los atentados de Bruselas. Afirman no condenar ningún acto violento ni asesinato porque “condena” es un concepto moral/jurídico con el que no se identifican. Tanta exquisitez la abandonan cuando condenan, con diversas expresiones sin alterar su fondo, la casta y corrupción políticas de los demás.

¿Qué seguridad jurídica ofrece esta caterva que prende con papel de fumar los soportes conceptuales de la Justicia?

Algunos menos metafísicos, pero igual de sectarios, ven inequívocas razones en la Guerra de Irak. Pasen y vean, todavía colea. Es inmoral, ruin, utilizar argumentos extravagantes, ad hoc, para justificar el terrorismo, menos el indiscriminado. A veces se oyen voces estentóreas y otras veces susurros inaudibles. He ahí el dogmatismo maniqueo.

Termino con palabras de Ernesto Sábato: “Si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa”.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.