Nadie podría haber imaginado que un partido centenario como es el PSOE fuese capaz de protagonizar un espectáculo tan deprimente como el que recientemente nos ofrecieron críticos y oficialistas, representado por críticos y oficialistas, en su lucha por la titularidad de la formación. La movida en efecto resultó esperpéntica, y no solo por la penosa imagen trasladada a la ciudadanía, sino para sus millones de votantes que con toda la razón se han sentido avergonzados, amén de no corresponder a una organización que desde la transición ha gobernado nuestro país 22 años.
La grotesca pérdida de papeles e intercambio de descalificaciones e insultos entre miembros de un mismo partido, es algo que nunca había sucedido en España y menos desde que vivimos en democracia.
Sin la menor duda lo mejor será pasar página y no olvidarlo para que jamás vuelva a suceder.
De sobra conocemos que hipocresía e indecisión son característicos en los políticos, pero sin alcanzar al extremo que hemos soportando últimamente, todo un recital por parte de dirigentes socialistas, entre los cuales cabría incluir a aquel ex ministro de Fomento, José Blanco, nombrado por el nefasto Zapatero y apodado “Pepiño” y “El Gasolino”, etc., recientemente entrevistado en la COPE por Carlos Herrera, que al margen de no aclarar absolutamente nada y con su relamido lenguaje, todavía se permitió la licencia de lanzar amenazas veladas. Totalmente patético.
Lo más triste del enredo con que nos están obsequiando consiste en que tras el despropósito que ellos mismos nos han creado, ahora no saben como zafarse del mismo, con lo cual la situación se está complicando hasta un grado harto preocupante, que el prudente responsable de la Gestora, Juan Fernández, no sabe como interpretar y solucionar.
Mientras un colectivo opta veladamente por votar la abstención en la investidura para evitar las terceras elecciones, otros se decantan por mantener el bloqueo y acudir a unos nuevos comicios, que posiblemente no favorecerían tanto a los populares como se está propalando intencionadamente por parte del PP.
Rajoy, con todo lo que lleva soportando desde hace 9 meses, con tal de lograr la abstención necesaria estaría dispuesto a efectuar ciertas cesiones para evitar el tener que acudir nuevamente a las urnas, a las cuales teme como una vara verde, a sabiendas de que siempre existe el peligro de que los socialistas, con un candidato idóneo, nada que ver con Sánchez y su equipo de Hernandos y Luenos, un atractivo programa electoral y sabiendo airear y censurar las vergÁ¼enzas de los populares que son infinitas, podría amargarle los comicios al PP, que aun ganando las elecciones no alcanzasen la mayoría absoluta.
El argumentario de los conservadores, huero de nuevas ideas, está prácticamente agotado, y el colectivo de los llamados jóvenes renovadores, totalmente controlado por la Vicepresidenta Soraya y la Secretaria General, Cospedal García, pegada cuan lapa a su amado Jefe.
En otro orden, la cúpula del PP conoce perfectamente las limitaciones de Susana Díaz y no les quitan el sueño. Repite hasta la sociedad los cuatro argumentos que baraja. Como ejemplo, véase las veces que ha aparecido en las distintas cadenas de TV con su mantra de estar dispuesta a ocupar el puesto donde sea considerada útil, le es lo mismo ser cabecita de ratón que colita de león, pero no da más de si. En varias ocasiones Pedro Sánchez la invitó a debatir sobre cualquier tema y jamás aceptó. Su medio es Andalucía y punto.
La nueva directiva que surja del próximo congreso de los socialistas, deberá tratar de limitar las posibles apariciones del ex Secretario General Pedro Sánchez, que al parecer no está dispuesto a renunciar a su escaño en el Congreso y seguir defendiendo sus teorías. Tuvo dos años de oportunidades pero su orgullo le impide reconocer el fracaso y lo cierto es que solo cosechó derrotas en todas aquellas elecciones en las que participó. Prometía mucho pero a la postre se demostró que con sus cortas habilidades no daba la medida quedando un falso líder de cartón piedra, que como todos los malos dirigentes caen en el mismo error consistente en rodearse de un grupo de incompetentes, cuya única misión consistía en otorgarle la razón en todo y cubrirlo de halagos. En definitiva exacerbar su ego y fomentar su irreprimible y enfermiza ambición.
Comprometida y dura va a resultar la función del nombrado presidente de la Gestora, Juan Fernández. Quizá en el PSOE sobre militantes y falten votantes, consideración que al parecer nunca ha querido reconocer la directiva socialista, lo que implica un gran error. A los militantes no se les puede manipular ni contar milongas como a la bases les asiste todo el derecho de conocer la verdad. El pretender comparar el liderazgo ejercido Por Felipe González con la figura de Pedro Sánchez, ha resultado una aberración de tamaño natural y todo un insulto para el primero.
Sin duda las redes sociales han supuesto un gran avance que permite que los ciudadanos acceden a un nivel de información que años atrás solo manejaban unos cuantos privilegiados, pero que a su vez también esconden ciertas perversidades como el adjudicar cualidades y asombrosos elogios a personas que nunca los merecieron.
isa y llanamente, la gestión y resultados de Pedro Sánchez como Secretario General del PSOE han sido de desastre, como tampoco Rajoy, tal como se está demostrando no merece ni es el político ideal pasa asumir una segunda legislatura, si bien en este caso y aunque nos duela, dentro de la malo y con una oposición que impida retornar a la maldita corrupción y otros despropósitos, agotemos la enloquecedora legislatura que nos resta y que en las próximas elecciones generales podamos contar con un presidente que reúna las cualidades necesarias para situar a España y sus ciudadanos en el sitio que merecemos.