EL CRISOL
“Su máxima es: “Si la palabra adecuada no existe, se inventa”.
Es justo reconocer que a algunos de nuestros políticos no se les trata con el respeto y la deferencia que por su calidad intelectual y de hombres de letras merecen.
A la vista de cómo se comportan en el empleo de nuestra lengua materna, del uso que hacen del significado de las palabras, muchos de ellos se merecen pasar a formar parte de la Real Academia de la Lengua Española ocupando un sillón en la misma ya que sin duda alguna contribuirían a reforzar ese lema de: “Limpia, fija y da esplendor”.
Su contribución a la hora de enriquecer el contenido del diccionario es enorme, añaden nuevas palabras que jamás fueron escuchadas por oído alguno pero que sirven muy bien a los fines que ellos las destinan, a su conveniencia, que no son otros que para confundir a la gente. Su máxima es la de: “Si la palabra adecuada no existe, se inventa”.
Como prueba de todo lo que he dicho anteriormente, basta con decir que son unos expertos exégetas en el manejo de las palabras, así nos encontramos con que relacionan, sin ningún problema, unos términos con otros como es el caso de la palabra “recaudar” a esta le ha “nacido” otro sinónimo que se concreta en la voz “disuadir”. Como es sabido el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha decidido aplicar un copago de un euro por receta, el argumento dado para justificar esta medida es, según los responsables, que se trata de “una medida disuasoria” y nunca con afán recaudatorio. Por lo visto la gente toma medicamentos como aquel que se come una bolsa de pipas. Es curioso el comprobar cómo un sinónimo inventado puede, al menos lo intentan, justificar el “rascarle” el bolsillo al consumidor.
También los dirigentes de la Comunidad Madrid han decidido privatizar cuatro hospitales públicos y para justificar tal decisión han empleado no la palabra “privatizar”, que es la que corresponde, y emplean otra palabra que podría “encajar” bien para despistar a la gente, la elegida es “externalizar” que puede “cuadrar” bien pero que en realidad “externalizar” se refiere más a privatizar un servicio, de los muchos que se comprenden en un hospital, como pueden ser limpieza, mantenimiento, lavandería catering y otros de la misma similitud, pero no al objeto principal hospitalario que es la asistencia sanitaria en toda su amplitud y esto es lo que el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid pretende llevar a cabo: Una privatización pura y dura.
También a la palabra “despido” le ha buscado la ministra de “Desempleo”, Fátima Báñez, un sinónimo, ahora cuando se pone a un trabajador de patitas en la calle, a eso, ya no se le llama despido, se le distingue como “flexibilización”. Así lo definía la ministra cuando refiriéndose a las “bondades” de la reforma laboral, decía lo siguiente: “La reforma laboral está ayudando a muchas empresas a superar la crisis gracias a una flexibilización interna”. Que se sepa lo único que ha propiciado la reforma laboral es abaratar y por tanto fomentar el despido, agilizar y potenciar los expedientes de regulación de empleo (ERE) prueba de ello es que estos han provocado que en el último trimestre que 299.000 trabajadores se hayan visto afectados por los ERE y los despidos han aumentado de forma considerable. Ahí tenemos las últimas cifras de paro, 87.500 parados más en el último trimestre. Lo que nos lleva a la cifra total de 5.778.000 parados alcanzando el porcentaje histórico del 25% -datos de la EPA- O sea del “despido” hemos pasado a la “flexibilización”. ¡Toma sinónimo! Para “reforzar” la cosa la evolución del paro en octubre ha sido de 128.000 parados más lo que conforma un total de 4.833.000 desempleados. ¡Viva la reforma laboral!
En fin, finalizo como comencé, reconociendo la capacidad intelectual y el “buen” manejo del diccionario, por parte de muchos de nuestros políticos. Lo dicho: Son unos exégetas en el manejo y uso de las palabras.