Para su vergÁ¼enza y la nuestra, la clase política e incluso los partidos, cada día son más denostados y criticados. En todas las encuestas recientemente publicadas, los políticos constituyen la tercera preocupación para los españoles tras el paro y la economía. No sabemos si este mismo criterio es mantenido en los restantes paises de la Comunidad Europea, aunque quizá, lo más acertado sea no investigarlo para que nos nos ocurra, por ejemplo, como con la enseñanza y otros aspectos…
Muchos de los políticos que con voz impostada afirman sostener el sistema democrático, lo único que hacen es aprovecharse de él. Dedican más tiempo a cuidar y velar por sus poltronas que a los asuntos públicos.
Curiosamente, nunca nadie ha sido sorprendido en un lugar público o medio de comunicación leyendo un programa político. Los ciudadanos deben considerar que su credibilidad es prácticamente nula y la lectura, una lamentable pérdida de tiempo. Cada vez son más parecidos entre si, pobres de ingenio, contenido y de una ramplonería rayana en lo inane. Resumiendo: un gasto inútil que solo debe beneficiar a las imprentas (las que logran cobrar, claro).
Por muy odioso que nos resulte, lo cierto y verdad es que los partidos políticos, van a embolsarse por cada nuevo concejal electo, 276 euros, más los 0,55 centimos por cada voto conseguido. Y todo esto, será pagado con nuestros impuestos. Todavía estamos esperando que algún partido se comprometa y por escrito a desprenderse de todos los coches oficiales, salvo justificadísimas excepciones, móviles, visas oro a cargo de la Administración. Recorte de sueldo, dietas , prebendas , canongías y dignidades. Sería muy interesante comprobar, en estas condiciones, cuántos serían los que estarían dispuestos a entregarse a la «causa» política con tanto celo.
La situación debe cambiar y radicalmente. La sociedad está demandando y con toda la razón, políticos eficaces y que soluciones problemas. Sinceramente… ¿Alguien sabe para que han servido los miles de mítines celebrados? Todo ese dineral invertido en nuestros menesterosos, habría sido el mejor destino.
Jóvenes y menos jóvenes estan clamando en calles y plazas la regeneración de la clase política y partidos. Impedir que continue el despilfarro de dinero tal como ha venido ocurriendo en estos últimos siete años y medio, intentando comprar voluntades y votos que afortunadamente no han logrado, tal como se ha desmostrado en las recientes elecciones autonómicas y municipales.
El crecimiento de la burocracia es un fenómeno insufrible e inversamente proporcional a la colaboración que precisan los pequeños y medianos empresarios españoles, creadores del 70% de empleo. Aprovechados y abusadores no pueden seguir expoliando nuestro país. El saneamiento y transparencia de los partidos políticos tiene que ser total y la conducta de los políticos, ejemplar. De no cumplirse estos requisitos, nuevamente volveremos a caer el pozo del que tanto nos está costando salir. ¿Esta lo suficientemente claro Sr. Rajoy? Ya no pedimos sino que ¡¡EXIGIMOS!!