Desde el pasado día 15 estoy que no pego ojo por las noches, ¿la causa? la noticia que daba el diario Información de Alicante sobre lo que ha tenido que hacer para poder cumplir con sus compromisos de pago el que fuera presidente de la Diputación Provincial, por la UCD y posteriormente alcalde de Alicante, por el PP y actualmente diputado del Partido Popular en las Cortes Valencianas, Luis Díaz Alperi.
Al ser requerido por Hacienda para que aclarara la procedencia del dinero, tres entregas, a la sociedad compradora de un catamarán pero que los investigadores consideran que es para uso exclusivo de este político y contra el que se instruye una causa por tres supuestos delitos fiscales y de falsedad y cohecho, Díaz Alperi ha respondido que el dinero lo obtuvo por la venta de unas serigrafías de Sempere por 18.000 euros; dietas cobradas en efectivo de las Cortes: 365 euros al mes que suman un total aproximado de 5.000 euros anuales; Reintegros (¿) en efectivo realizados en noviembre y diciembre de 2007 por un total de 16.000 euros; Venta de vino –Vega Sicilia- por un importe aproximado de 5.000 euros que previamente había adquirido por 8.000 euros; venta de lotería por 5.000 euros que había comprado por 6.000 euros y 30.000 euros que recibió como opción de compra de un barco de su propiedad. En total 79.000 euros que entregó a la sociedad compradora del catamarán, pero el valor de este no es de 79.000 euros es de muchos más, el Tribunal Superior de Justicia ha citado como testigo al director de La Caixa que en mayo de 2008 concedió un préstamo de 400.000 euros a la sociedad propietaria del catamarán, aunque los investigadores de Hacienda creen que en realidad el propietario es Díaz Alperi.
Visto lo que este político ha tenido que hacer para reunir un dinero, desde vender unas láminas, pasando por “desmantelar” su bodega privada y llegando al punto de tener que vender lotería, es para que los demás nos preocupemos ante el hecho, y esto lo confirma, de que en este país las cosas están mal, muy mal, peor que mal, el que un político tenga que dedicarse a vender dibujos, vino y lotería, exponiéndose a que las autoridades fiscales le pidan que les justifique documentalmente la compra de las láminas, o que les muestre si tiene licencia para vender bebidas alcohólicas y también que acredite si está autorizado por Hacienda para vender lotería, es exponerse a ser sancionado por Hacienda y correr un riesgo que solo se comprende en el caso de que pase por una situación económica muy delicada. Si un político, que cobra un sueldo muy aceptable y muy seguro, tiene que recurrir a reunir un dinero de la forma en que Díaz Alperi se ha visto obligado a hacerlo, es que la cosa está mucho peor de lo que creemos. Vamos, que estamos en las últimas.
En cualquier caso hay que reconocer que los políticos del Partido Popular saben “buscarse” la vida, Díaz Alperi, vendiendo láminas, vino y lotería; Bárcenas, vendiendo cuadros y jugando a la bolsa, lo que al parecer le ha permitido “meter” en Suiza 38 millones euros y Carlos Fabra el expresidente de la Diputación de Castellón y alma mater de la construcción del aeropuerto castellonense, con la suerte siempre de cara hasta el extremo de que son difíciles de recordar todas las veces que le ha tocado la lotería. O sea que pueden justificar sin ningún problema la procedencia de su dinero. A los demás no es imposible justificarlo pero no por nada raro sino por el simple hecho de que no tenemos un céntimo. Estas cosas solo les pasan a los que tienen recursos, ya sean cuadros, serigrafías, vino o lotería para echar mano de todo ello en un momento de necesidad.