El polÃtico debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana; el mes próximo y el año que viene, y de explicar por qué fue que no ocurrió lo que él predijo. Winston Churchill.
De polÃticos y ciudadanos…
Es posible que estas exigentes palabras de Churchill resulten excesivamente duras para un polÃtico de corto recorrido o comido por el hambre del miedo. O quizá, sencillamente, por la escasa capacidad para tomar las riendas de un paÃs. Pues piénsese que ya no nos sirven los buenos; ahora necesitamos los mejores.
Si entre los tantos polÃticos que van gritando por ahÃ, no hay quien demuestre poseer las exigencias que más arriba apuntaba el gran Churchill, malo. Y más aún si cabe viviendo en vÃsperas de elecciones.
AsÃ, probada inteligencia, intuición, trabajo… Fuerte capacidad de autocontrol en situaciones difÃciles. Previsor. Juicioso. Abierto y muy apegado al pueblo. Que lleve la polÃtica en la sangre, y vacÃos de euros los bolsillos. Que sienta los latidos de su paÃs, España. Que piense, por ejemplo, por qué autonomÃas –AndalucÃa, Extremadura, etcétera-, de mayor peso humano y geográfico, son las de más pobreza y de extremas desigualdades sociales.
No hay que olvidar que los tiempos que se acercan no se esperan que sean buenos. Aunque, afortunadamente, la media de edad de las personas (mayor la de las mujeres que los hombres), es cada vez mayor. Hoy tenemos la suerte de ser uno de los paÃses más longevos del mundo. Y aunque a dÃa doy y, por fortuna, no dependemos en gran parte del turismo y de la agricultura, no es menos cierto que vamos a la cola de los paÃses industrializados y con altos avances en I+D. Con un aprobado en Sanidad, pero un rotundo suspenso en Enseñanza y Cultura.
Cierto es también que ya hemos vencido a ETA. Que se han puesto alas a las puertas de la libertad. Que ya no huela tanto a cera, a aquella cera de la España beata y dictatorial, pero aún nos falta trabajo y riqueza para medirnos con algunos paÃses hermanos de la Unión.
Pero, sobre todo, nos falta sentido de la ética.
De sentirnos verdaderamente ciudadanos del siglo XXI. El alto sentido de la superación. Hay que dar imagen. Ser creativos. Y no estar todo el dÃa agarrados al móvil o a algo parecido.
Solo se puede ser un paÃs grande cuando lo son sus polÃticos. Cuando lo son sus ciudadanos.