Son tantos y tantos los asuntos negativos que diariamente invaden nuestras humildes existencias, que a pesar de ser un optimista persistente, cada vez diviso más lejana la solución de los problemas globales y menos aún los nacionales, locales y personales, máxime cuando sus soluciones pasan por voluntades ajenas a la propia. No obstante y dado que, “no hay un optimista, donde los problemas no tienen solución†y basándome en el análisis esquemático, filosófico y el sentido común puedo afirmar a pesar de lo complejo de los tiempos, que la resolución de la mayorÃa de los problemas, incluso los de la humanidad y los económicos, pasan por la recuperación e imposición de la Ética y para conseguirlo, la aplicación escrupulosa de “LA JUSTICIAâ€. ¡Qué maravillosa palabra! Denostada por regentes, charlatanes, manipuladores, polÃticos torticeros, mediocres, banqueros avaros, leguleyos interesados, abusadores y algunos que acaparan estos nombres como y con sus adjetivos.
           Cómo si no es impartiendo Justicia, se puede acabar con situaciones tales como el caso Nóos, las prejubilaciones millonarias de Directivos, Gestores y Consejeros de bancos y sobre todo de Cajas de Ahorro, que encima las han arruinado y ahora nos piden a los ciudadanos que sufraguemos sus abusos por imposición, hipotecándonos nuestras vidas y las de la siguiente generación, de momento.
           Cómo si no van a acabar con las corrupciones polÃticas de todos los colores que tenemos que soportar y que son suma y sigue en la factura que tendremos que pagar a futuro y que además son presentes en nuestro dÃa a dÃa, sobre todo para aquellos que vivimos en núcleos rurales alejados de las grandes ciudades, donde a diario contemplamos como se malgasta el poco dinero que llega, si llega y la aplicación de normas abusivas por parte de las administraciones locales, no dando ni los servicios mÃnimos y cobrando impuestos como si viviéramos en una mansión en el centro de una gran ciudad.
          Cómo si no van a acabar  con la fragmentación social, permitiendo que continúen los desahucios de familias, que además de echarles a la calle y arrebatarles sus hogares, los condenan a “deudores de por vida», propiciando el abuso de aquellos que nos han metido en esta crisis y con la complicidad de Legisladores y la maquinaria judicial, los unos por no haber cambiado la Ley Hipotecaria y los otros por engordar las facturas judiciales hasta lo indecente, casi llegando a la deuda reclamada y que se cargan al desahuciado, condenándolo aun más si cave.
         Cómo si no se aplica rigurosamente la Justicia, van a terminar con la violencia de género y los asesinatos de ella derivados, asà como con los depredadores de menores, con los violadores reiterados, con el crimen organizado, etc.
        Cómo si no van a terminar con la burla terrorista, que ahora exigen derechos y privilegios solo reservados para las gentes decentes, disfrazados de ciudadanos demócratas, pero no hay que olvidar, que estos mismos que ahora exigen ser excarcelados por enfermedad u otros motivos humanitarios, son los asesinos que produjeron tanto daño a cientos de familias y que se reÃan de sus vÃctimas y amenazaban en los juicios a quienes les juzgaban, no hace tanto tiempo. «A quien me pide perdón, le perdono, aunque no olvido; pero a quien no me pide perdón, ni le perdono, ni lo olvido».
       Y seguramente muchos y muchos más crÃmenes y delitos que me dejo en el tintero y que son imposibles de resolver  “recortando la Justiciaâ€, por ende la ciudadanÃa española exigimos, nuestro derecho inalienable a la aplicación de la Justicia en todos los ámbitos sociales, que no de las Leyes rebuscadas, que son refugio de la Injusticia. Y a los legisladores que trabajen como corresponde a sus cargos y obligaciones,  variando cuantas leyes y normas sean necesarias, empezando por las que les atañen a ellos mismos, para que Ley y Justicia se rencuentren. De no ser asÃ, va a ser muy difÃcil, que este o cualquier Gobierno, más o menos timorato, incluso uno de coalición, puedan detener el descarrilamiento del Sistema y su credibilidad, además de que va a ser casi imposible que los ciudadanos entendamos, que tengamos que pagar una factura de rescate, para salvar a quienes nos han robado el “estado de bienestar†y la tranquilidad; pudiendo derivar la crisis en depresión y desembocando en catarsis, con las victimas colaterales que esto supone, que como siempre, seremos y son los más débiles.
       Desde el comienzo de la democracia en España, gobierno tras gobierno han fracasado en sus actuaciones de gobierno, también en lo que a Justicia se refiere, pasando de puntillas, con mucho miedo, reformando leyes desde el acomplejamiento democrático, dando más protección a los culpables que a las vÃctimas, suavizando las penas e intentando controlar desde el gobierno de turno todos los estamentos de Justicia, el primero de ellos el Consejo General del Poder Judicial, seguido de las FiscalÃas, el Tribunal Constitucional o el Tribunal Supremo, no habiéndolo conseguido completamente, pero sàrestando de este modo la independencia del Poder Judicial y su eficacia, en lugar de, haber marcado de manera definida las fronteras de los distintos estamentos jurÃdicos, haberles dotado de medios y dejado actuar de manera independiente, claro que esto nos lleva a la raÃz del problema, han legislado olvidando la Ética y fomentando de este modo el amiguismo, el partidismo, atrasos brutales en la administración de Justicia, la corrupción, la destrucción de valores y en definitiva el mayor enemigo de una democracia, “La Injusticiaâ€.
       Si no se han dado cuenta aun “sus SeñorÃas†del fondo de la cuestión, entonces es que son más mediocres, de lo que ya suponÃamos y si se han dado cuenta, pero siguen actuando de manera injusta a sabiendas, para salvaguardar oscuros intereses de minorÃas elitistas o partidistas, entonces están cometiendo prevaricación y si están cometiendo también este delito, habrÃa que pedirles responsabilidades por su actuación de gobierno y a sus antecesores también, si han actuado de la misma manera, como creo que lo han hecho.
       ¡Ven! Cómo a través de la Ética y la aplicación de La Justicia se simplificarÃa nuestro mundo hasta llegar a un “estado de bienestar†basado en la solidaridad y no en el egoÃsmo y la avaricia (según el Sr. Mota, lo que se viene en llamar  “el ansia vivaâ€. ¡Que envidia! De paÃses como Islandia, donde el Sistema a través de la Justicia impone la Ética, depura responsabilidades, dejando en casi anécdota lo que aquÃ, es la mayor de las crisis económicas y existenciales que soportamos desde el comienzo de la democracia.