Ya era hora de que nuestra juventud se movilizara por una mejor democracia. Ya sabemos a quiénes no les gusta que manifiesten su disconformidad con el sistema electoral existente. Sí, se trata de todos aquellos quienes creen tener el monopolio del poder. Y es que un movimiento como éste puede hacerles perder algún concejal o algún diputado, y a lo mejor irían a parar a los partidos extraparlamentarios. Los partidos en el poder querrían que los indignados votemos en blanco, pues eso es lo que más les favorece. Para ellos las reglas de la democracia están bien como están y desean que las cosas no cambien, y por supuesto, que ningún nuevo partido político les haga sombra. Se trata de perpetuarse en el poder y para eso han montado este sistema partitocrático del que aborrecemos los más liberales y demócratas.
No obstante, queridos jóvenes, debéis saber que, aún estando con vosotros de acuerdo en lo básico, hay cosas que ninguna reflexión seria podría admitir. Necesitamos gente preparada con conocimientos suficientes como para cambiar el estado de las cosas. Por mucho que creamos tener la razón no podemos lanzar mensajes que se aparten de la verdad o de la ciencia económica, porque uno corre el riesgo, como ha ocurrido en otras ocasiones, de ser tildados de necios, antisistema, o manipulados. O lo que es peor aún, que la esperanza de mucha gente se trunque una vez más.
No obstante, querida juventud, creo que ha llegado la hora de dejar claro el mensaje: «El principal problema de nuestra democracia es nuestra Ley Electoral, seguido de la división de poderes. Aquellos partidos políticos que no se comprometan a reformar la ley para que los ciudadanos podamos elegir a las personas y no a los partidos, aquellos partidos que quieran mantener su influencia en el poder judicial, todos esos partidos son parte del problema». Lo demás es parte de la ideología de cada persona, sobre cuál cree que son las mejores políticas para solucionar los problemas. Si queréis estar unidos, debéis dejar claro esta prioridad y eso os hará fuertes. De lo contrario, el esfuerzo quedará en nada.
Estoy de acuerdo con lo que muchos habéis declarado respecto a que es necesario renovar a nuestros políticos y dar la oportunidad de elegir a los partidos minoritarios y extraparlamentarios, y a pesar de que formo parte de alguno de estos partidos, os quiero advertir que ello también requiere una tarea de profunda reflexión. Los hay para todos los gustos y colores. Algunos vienen representados por personas que a lo que aspiran es a continuar manteniendo los mismos privilegios que perdieron cuando estuvieron representando a los grandes o medianos partidos de los que desertaron por haber cometido excesos o cosas peores. Los hay que lo que buscan es continuar viviendo de la política, y los hay cuyos líderes no tienen el suficiente nivel de preparación como para conducir nuestros destinos. Es necesario separar el grano de la paja. Saber si algunos de sus máximos representantes estuvieron representando en anteriores elecciones a los grandes partidos, se puede conocer gracias a Internet, pues los listados de candidatos son públicos.
Queridos jóvenes, no renunciéis a intentar cambiar la situación, pero tampoco os dejéis manipular por esas ideas trasnochadas de siempre que permanecen en el ideario de la manipulación de las masas de la izquierda. Eso si queréis representar a toda la juventud. Además, tened presente que los medios de información también están detrás y os quieren mostrar como lo que no sois, porque ellos representan en muchos casos los intereses de los grandes y medianos partidos.
Gunther Zevallos
Director de Criterio Liberal
Candidato Alcaldía de Zaragoza
pCUA Ciudadanos Unidos de Aragón
Este es el Manifiesto de los jóvenes que piden un cambio:
MANIFIESTO “DEMOCRACIA REAL YA”:
Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo; gente que tiene familia y amigos, gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.
Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie.
Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor. Por ello sostenemos firmemente lo siguiente:
«¢ Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
«¢ Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
«¢ El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.
«¢ La democracia parte del pueblo (demos: ` pueblo´; cracia: `gobierno´), así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
«¢ El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
«¢ La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad, despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
«¢ Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
«¢ Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
«¢ Es necesaria una Revolución Á‰tica. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.