EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Se equivocó el Rey en su viaje a Botsuana, él mismo lo reconoció, y se ha vuelto a equivocar, es mi opinión, cuando camino de Rusia y a bordo del avión le dijo a los periodistas que le acompañaban: “Otro estaría aún de baja, pero yo tengo que currar”. Esta frase tiene para mí dos lecturas, una de ellas que el monarca estuviera presumiendo de su fortaleza y la otra que estaba haciendo una crítica a todos los enfermos que están de baja por prescripción facultativa y que en absoluto se les puede acusar de estar practicando el absentismo laboral fingiéndose enfermos, que los hay y por eso el Rey debería haber puntualizado La primera lectura es admisible en tanto en cuanto somos humanos y en ocasiones nos permitimos este tipo de “homenaje” personal. La segunda puede suponer una ofensa para esas personas que padecen enfermedades, o como en el caso del Rey han sufrido cualquier intervención quirúrgica y ello les impide el poder acudir al trabajo como sería su deseo. La convalecencia de Juan Carlos I, como la de otro ciudadano cualquiera requiere un tiempo para la recuperación y posterior integración a su puesto de trabajo, pero esto último está condicionado por las características y por todo aquello que rodea al medio laboral en que se desenvuelve. No creo que cualquier patrono le vaya a poner, como le ponen a su Majestad, tres cojines para sentarse y le permitan usar muletas al trabajador que esté “currando” hallándose aún en periodo de convalecencia, el que hace su jornada a pie de máquina o de obra no puede estar sentado durante toda su jornada de trabajo. Pero hay más, el “currante” normal no percibe su salario al cien por cien mientras se halle en situación de incapacidad laboral transitoria y esto hace que en ocasiones se incorpore, por necesidades económicas, a su puesto de trabajo sin estar en las debidas condiciones físicas, es decir completamente repuesto. Este no es el caso de su Majestad, él cobra lo mismo estando da baja que en activo, el cien por cien de su salario que por cierto no está nada mal por mucho que se lo haya rebajado. No sufrirá carencia alguna por esta cuestión.
En cualquier caso, creo, repito, que Juan Carlos I, intentando ser campechano y cercano con los periodistas posiblemente, a mi modo de ver, ha provocado el que algunos ciudadanos puedan haberse sentido ofendidos e insultados. Muy posiblemente mi comentario de la sensación de que yo hilo muy fino, pero sigo opinando que el Rey se ha vuelto a equivocar y que debería disculparse. En cualquier caso por su rango y por tratarse de un referente para los demás españoles debe cuidar y meditar todo aquello que dice y hace antes de llevarlo a efecto. Lo siento Majestad, pero es lo que pienso y opino y de momento creo que en este país esto aún se puede hacer. Y a todo esto pregunto: ¿Han cesado ya a Andrea Fabra?