Los Presupuestos Generales del Estado, aprobados el viernes por el Consejo de Ministros y presentados hoy por el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, muestran un claro error de concepto que repercutirá de manera negativa en el crecimiento futuro de la economÃa española en su conjunto, con lo que nos condena a décadas de seguidismo y rendición de pleitesÃa a nuestros vecinos europeos.
No dudo de la necesidad de recorte en la gran mayorÃa de las partidas presupuestarias ni de la bondad de la austeridad como punto de partida, pero es totalmente nefasto que se haya recortado en partidas tan fundamentales como las polÃticas activas de empleo, como la Investigación y Desarrollo, o como la polÃtica de becas, piedras angulares del crecimiento de una sociedad.
Porque el paÃs que tendremos mañana dependerá en gran medida de la formación de nuestros ciudadanos que realicemos hoy, y si condenamos el crecimiento cualitativo de nuestros trabajadores en pos de una mal entendida austeridad estaremos perpetuando la pérdida cuantitativa de nuestro mercado de trabajo y la fuga de cerebros hacia lugares más fructÃferos y de mayores oportunidades reales.
La formación sigue siendo la asignatura pendiente de este paÃs, que no comprende, o no quiere comprender, que de poco sirve generar mucho empleo, como se hizo durante los años de burbuja inmobiliaria, si luego éste se resiente de manera inexorable en cuanto la burbuja estalla, sin alternativas de realojamiento laboral del empleo destruido.
España necesita polÃticas funcionales de formación continua a sus trabajadores, polÃticas activas de empleo fundamentadas en la formación de los desempleados, para otorgarles una alternativa laboral, polÃticas de inversión a gran escala en proyectos de I+D+i, que otorguen valor añadido a nuestros productos y servicios, a la vez que una salida digna a nuestros investigadores, y, por supuesto, necesita profundizar en la polÃtica de becas para permitir que el coste de oportunidad que supone el estudio no sea una carga excesiva para nuestros jóvenes.
Sin todo ello, insistiendo, como ha hecho el Gobierno con estos Presupuestos, en el eterno retorno a la cantidad en lugar de la calidad, nos mantendremos a la cola de los paÃses desarrollados, sin ser capaces de dar el salto cualitativo que nos merecemos, de una vez por todas.