La presión ejercida por miles de militantes, la enorme sangría de bajas de militantes, ha terminado consiguiendo Primarias abiertas a la sociedad civil progresista. En Francia bastó un documento firmado por 500 viejos militantes para conseguirlo, y vistos los resultados tan positivos, hay que decir, sinceramente, que se llega a un punto en el que la ciudadanía termina estando cansada de ver las mismas caras en las bancadas, que se limitan a levantar la mano cuando su jefe de filas se lo ordena y, sin ganar elecciones, siguen una y otra vez colándose en los puestos de salida de las listas electorales.
Era demasiado esperar que los hasta ahora llamados “Barones del PSOE” votaran su cese político, lo que significaba unas Primarias a dos vueltas y listas abiertas.
A las Organizaciones Políticas debe quedarles muy claro que las elecciones ya no las ganan las siglas (con el voto de los militantes no llegan a ningún sitio). Las elecciones las ganan las personas y su trabajo social, su capacidad de empatía con los problemas de las gentes, viviendo sus sufrimientos como si fuesen propios.
Precisamente los Socialistas tienen un buen ejemplo: El ‘viejo profesor’ Tierno Galván. Si mil años hubiese vivido, mil años gobernaría Madrid. Después de dos legislaturas, murió en el cargo en 1983. Le sucedió Juan Barranco como interino y perdió la Alcaldía por moción de censura. Desde entonces, ninguno de sus candidatos ha inspirado suficiente confianza a los madrileños.
Muchos de estos ejemplos pueden ponerse, en casi todos los países de la UE. Sandro Pertini, en Italia, sigue siendo recordado como el Presidente más honrado de su país.
Pero a pesar de que en los dos últimos años la ciudadanía otorga la peor valoración a nuestros políticos, a quienes piden a gritos en calles y plazas “Democracia Real”, nadie quiere escuchar lo que no le interesa. Aunque el Reglamento Federal deja pocas posibilidades a quienes no controlan el aparato del Partido (aquí también los socialistas tienen un mal recuerdo, cuando Almunia controlaba el Partido y Pepe Bono ganó las Primarias). Sin embargo la situación no es la misma, han dejado una puerta abierta que puede ser un coladero: miles de militantes se han dado de baja en los últimos tiempos. Deseaban un cambio que no veían llegar. Ahora ellos, sus familiares y amigos, pueden muy bien desequilibrar la balanza de unas Primarias que pretendían cambiarlo todo para que no cambie nada.