Hace tan solo unos meses, con total acuerdo de todas las partes y regocijo de un Gobierno socialista consciente de no haber actuado, como era su deber, en la forma que hubiesen deseado los trabajadores, se cerró un pacto por el empleo. El tiempo nos ha demostrado que no sirvió de nada. EL Partido ganador de las elecciones generales, durante la campaña electoral, prometió ser más defensor de los intereses de los desfavorecidos y trabajadores que cualquier izquierda-sindical.
Su primera decisión es una nueva reforma laboral, con un argumento tan banal como fuera de contexto “Queremos que los empresarios pierdan el miedo a contratar” (simplemente ganarse los favores de la patronal). Todos sabemos que la deuda que arrastra nuestro país en su mayor parte es privada. Los Empresarios han invertido en productos invendibles y eso les lleva a contener gastos y no contratar.
En la época actual, llamada de la tecnología, para conseguir una producción competitiva en un mercado globalizado, se buscan los mejores profesionales de cada sector, sin pararse a pensar en un posible despido.
Mi miedo es mayor al oír las declaraciones de los líderes sindicales, que muy posiblemente presionados por el miedo a perder en parte los beneficios sindicales, terminen firmando cualquier tipo de enredo escrito en un papel, que elimine buena parte de los derechos conseguidos con enorme esfuerzo de los trabajadores.
Sí las fórmulas que tiene el PP para salir de la crisis, son iguales o peores a las que ha estado utilizando la Ministra Salgado, sin ningún resultado positivo en empleo… ¡apaga y vámonos!
Dentro de muy poco tiempo nos quedaremos sin derechos laborales y hasta sin sindicatos.