“Con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas, más; con mis alumnos todavía más”. Proverbio hindú
“¿Cómo “hacer escuela” en estos escenarios donde las desigualdades persistentes se articulan con diferencias culturales que se procuran respetar y reconocer?”Especialización Docente en Políticas Socioeducativas. MP Clase 2.Pasado y presente de las políticas socioeducativas.
Existe una fuerte tendencia mecanicista a abordar el complejo problema de la educación, y ello consiste-a nuestro criterio- en poner la atención sobre los docentes, los educandos y los contenidos, en ese orden, luego, a regañadientes se reconocen el deterioro edilicio, muebles, bajo presupuesto y finalmente aluden a la inefable “crisis económica”.
Llegado a este punto los tecnócratas y sabiondos ensayan muchas fórmulas de intervención “necesitamos datos, necesitamos evaluar para saber cómo están los alumnos y medir la eficiencia de los educadores para tener un certero diagnóstico y realizar los cambios”.
Para no cansarnos con estas cuestiones que todos los días nos conferencian y exponen teorías que sólo ellos lo comprenden, señalemos mejor nuestra visión del asunto que nos ocupa en esta ocasión.
No somos descubridores, sino más bien narradores de conclusiones desde nuestras propias experiencias de más de dos décadas en todos los niveles educativos, excepto en el nivel pre-escolar.
Vemos, como dice el dicho, que “en todas partes se cuecen habas”, y por tanto, no vamos a decir que esos factores negativos señalados más arriba no formen parte de los grandes problemas con que se lidia, sin embargo, diremos que esos factores son consecuencias y no causales.
Educación. ¿Entonces?
Las escuelas, las instituciones educativas no funcionan en una burbuja aséptica, los docentes, los alumnos y los trabajadores no-docentes no arrojan a las calles sus infortunios antes de entrar a realizar sus actividades y luego, al terminar su jornada, recogen sus alforjas de quebrantos y de tal mecanismo, sus estados de ánimos no influyen en el proceso educativo.
El dilema educativo ya está develado, el hecho de que no quiera verse o reconocerse, ya es “harina de otro costal”, en realidad, ante los problemas en la educación deberíamos interpelar al modelo político, dado que es el epicentro de las decisiones que impactan en las sociedades incluyendo a las instituciones educativas.
Es en los Estados donde se constatan responsabilidades eludidas, ausencias de inexcusables cumplimientos de normativas legales y constitucionales que les competen, como por ejemplo, el servicio educativo cooperativo escolar y universitario.
Esa “ausencia” se estima como carencia perjudicial para los educandos, toda vez que ello implica, entre otras, una situación educativa en que se aíslan saberes, situación que coloca al alumno en debilidad de aprovechar oportunidades en su medio. Sin embargo, de proceder a dotarlos de tales saberes se empoderarían de habilidades, destrezas y capacidades organizativas empresariales que favorecerían y darían por resultado una mentalidad emprendedora cooperativa.
Hasta podríamos a atrevernos a decir cambiad el modelo político, en crisis, por cierto, y cambiareis el modelo educativo para “bien de todos y no para mal de ninguno” como nos alecciona el Martín Fierro.
Creemos que no hacemos una observación improvisada, la verdad objetiva es que todo el andamiaje socio-económico y político-institucional debería atravesar un proceso de evaluación, a quienes, sin dudas, y a tenor de los desastrosos resultados, los desaprobaríamos.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!