Enfoques cooperativos; Hoy: Producción agropecuaria en Paraguay: Dos modelos, dos perspectivas…
“En la sociedad paraguaya el campesino es una realidad cercana y distante, conocida y enigmática a la vez. Las opiniones sobre lo que es, de dónde viene y a dónde va, no parecen ser las más objetivas. ¿Pueden ayudar algunos datos históricos que acerquen el pasado al presente?” Bartomeu MeliÁ , s.j.
Próximo a asumir una nueva administración política en Paraguay, se plantean algunos interrogantes, algunas líneas de apreciación sobre la tendencia ideológica del mismo, se confirman, por ejemplo, su postura pública menguada ante el Mercosur.
Paraguay es un país organizado dependientemente de otras economías y políticas exteriores, específicamente de Argentina y Brasil desde el año de 1.870. Constituye un sistema menor de estos países vecinos. Las mentalidades están estructuradas afín a ello, sustentadas por los partidos políticos liberal y colorado y de allí, se extienden a todos los intersticios de la sociedad paraguaya que posee fuertes lazos de afinidad, dado que familiares y amigos residen en estos países.
Ahora, expongamos un concepto de “agotamiento de sistema administrativo”, aquel que se da “por falta de interacción con el medio y sobre todo por falta de adecuación, no se retroalimenta, no aprende de sí mismo, entonces, queda desfasado”. Previamente entró el sistema ocupado en declinación. Se considera a todo sistema como un organismo vivo desde la teoría administrativa, así ilustran y abordan en dicha disciplina científica en cátedras de facultades de Universidades.
Llevemos estos conceptos al plano político institucional paraguayo en referencia directa al modelo productivo sustentado actualmente y veamos qué sucede allí.
A la luz de estos conceptos develamos, sin fatiga, que los miles y miles de campesinos sin tierra, responden a un sistema productivo agotado y perimido como causa principal. Es un plano técnico, despojado de ideología, sin embargo, al enfrentarse con el componente de la resistencia de sectores de privilegio que se oponen al cambio necesario, se vuelve una cuestión político-ideológica.
¿Qué se esconden detrás de esas resistencias al cambio productivo? Es deducible que estos sectores adhieren a la idea de un capitalismo burocrático, arcaico y generador de conflictos de insatisfacción social. Pero, ¿por qué lo hacen? Vaya a saber.
La disputa campesina por el acceso al factor económico “tierra” en Paraguay, país que cuenta con la distribución más injusta del mundo de la tierra, producto de la rapiña dictatorial desde la culminación del genocidio infligido en el siglo XIX. Este dato nos revela indubitablemente una situación en los tiempos que corren, en el siglo XXI, como una situación de parálisis, de demora evolutiva económica-social que clama cambio, modernidad.
Es una controversia entre dos modelos de producción: la “neo-feudal”, frente “al uso racional de la tierra”. Dos modelos, dos perspectivas.
La realidad en Paraguay es que,-pese a los ultrajes- el actual ascenso organizativo del movimiento campesino es un hecho admirable, que bien debiera ser aprobado para buscar y encontrar mecanismo de integración con otros sectores, incluyendo al público.
Sobre esta cuestión de primerísimo orden nos dicen desdeRadiotv Latinoamericana:
“Los campesinos paraguayos, en lo gremial, tienen un crecimiento organizativo, es considerado el gremio campesino como el de mayor desarrollo en nuestro país. La protesta social es liderada por el sector rural. Sin embargo, el problema real que enfrentan es la sustentabilidad de sus proyectos comunitarios, producto de una ausencia de cooperativización. La autogestión eficaz, la ayuda mutua y la producción común, no ha sido una salida para enfrentar la crisis. Una lección a aprender del cooperativismo por el sector campesino, que se organiza para los reclamos y ahora falta avanzar su proceso organizativo para la producción y la comercialización. La conciencia política, debe estar acompañada por la creatividad en gerenciamientos de alternativas económicas capaces de hacer superar a las comunidades la pobreza material”.
Y bueno, adentrémonos entonces sobre la conveniencia de las cooperativas agropecuarias al sector pequeño y medios productores, mi colega el Lic. Eduardo H. Fontenla en su artículo denominado “Impacto de la acción cooperativa a nivel local”, nos dice: Las cooperativas constituyen un instrumento de organización que permite resolver necesidades que individualmente no se pueden solucionar o que implican mayores costos. Emplean una lógica empresaria que permite defenderse, funcionar y actuar en el mercado en condiciones de grande a aquellos que tienen recursos o escala de pequeñas y/o medianas dimensiones. Es decir, permite a los pequeños funcionar en el mercado como grandes.
Continúa Fontenla: “La unidad se logra por la aceptación de los valores y principios y no significa uniformidad. Para esto es imprescindible mantener la integridad, entendida como la coherencia entre los postulados y los actos. La falta de integridad es detectada rápidamente y abre la puerta al escepticismo, un componente destructivo del las empresas cooperativas. Por lo tanto, no es necesario pensar igual para poder trabajar juntos y asociativamente”.
Nos afirma también mi querido colega que “El desarrollo local y la economía solidaria no necesitan un Estado protector o empresarial, pero sí requieren de un Estado que garantice igualdad de oportunidades y de trato”.
Allí radica el desafío del gobernante paraguayo por asumir, he allí su mayor reto para propiciar el desarrollo con equidad o de otro modo, propiciará salidas no deseadas por ahogamiento.
Me corresponde insistir una y mil veces, en función a un Paraguay pletórico de desarrollo con equidad, la pronta instrumentación de la Reforma Agraria con Base Cooperativa como remedio socio-económico a la situación estructural deformante actual.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
*http://www.ruralforum.net/datos/files/documentos/415108505_1.pdf
*http://www.uninet.com.py/accion/202/yalfinal.html