Sociopolítica

Prohibir la siesta

EL CRISOL    Pascual Mogica Costa

                   

    Acabo de enterarme de que Canarias ya no pertenece a España desde 1991 en que esta, entonces Comunidad Autónoma y hoy nación, decidió en 1991 prohibir las corridas de toros. Yo, la verdad sea dicha, es que como todas las noches en el programa “El Tiempo” de TVE dan la predicción del tiempo en lo que afecta al archipiélago canario, hoy ya nación, no veía nada raro, pensaba que era porque suponía una parte del territorio español, pero ahora que en el PP me han abierto los ojos cuando afirman que la prohibición de los toros en Cataluña va a romper España, me doy cuenta de que seguían dando el tiempo en Canarias como lo hacen con el resto de los países del continente europeo. Canarias es uno más de ellos. Lo que no me explico es como en el PP se lo han tenido tan callado, 19 años de silencio, y no dijeron en su día nada sobre este hecho en el sentido de que esto podría suponer la separación de Canarias del Estado Español y que ahora que ha ocurrido lo mismo en Cataluña han puesto el grito en el cielo y han resucitado aquella vieja leyenda que sacaron cuando el Estatut, que ahí está dictaminado por el Constitucional y no ha roto nada. Por cierto y retrocediendo al 27 de octubre de 2005 en el que se hizo público un informe de la FAES de la cual Aznar es presidente, en el que se decía que el Estatut “abre la puerta de la poligamia” -¡qué barbaridad más bárbara!- no habíamos tenido otra noticia tan impactante como la de que la prohibición de las corridas de toros rompe España.

    Hay que ver lo fácil que les resulta a las comunidades autónomas convertirse en una nación independiente, basta con prohibir las corridas de toros porque los del PP dicen que esto es propiciar el separatismo. Hay otra fórmula, aunque no me gustaría que esto pudiera dar alguna idea a alguien, esta fórmula no es otra que se podría ir por la vía de prohibir esa costumbre tan española y que también forma parte de nuestro acervo cultural: La siesta. Eso si supondría un grave atentado contra la unidad de España. La españolidad de la siesta es intocable y quien se atreva a prohibirla usándola como vía de escape para independizarse, debe ser duramente castigado. Con estas cosas no se juega.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.