Crecer con los vecinos
“Promover la igualdad hace la diferenciaâ€. Esta frase, que podrÃa leerse en pancartas durante alguna manifestación contra la pobreza, es el slogan del estado de Rio Grande do Sul, en Brasil. Tarso Genro, su gobernador, era alcalde de Porto Alegre cuando se celebró ahà el primer Foro Social Mundial (FSM) y donde surgió el slogan de “otro mundo es posibleâ€.
La idea de “igualdad†despierta desconfianza entre los medios tradicionales y sectores de la derecha al considerarla incompatible con lo que entienden por “desarrolloâ€. De ahà que consideren a las organizaciones sociales y sindicales obstáculos en el “imparable†proceso de globalización.
El gobierno de Genro, el primero de izquierdas tras la dictadura militar, apostó desde el principio por polÃticas sociales fuertes en un estado donde aún 320.000 personas viven en la pobreza a pesar de su notable desarrollo.
“Combatir las desigualdades sociales se convirtió en elemento central en un proyecto nuevo, democrático, participativo, contrapuesto al neoliberalismo, que sólo tiene en cuenta a los mercados y que profundiza las desigualdadesâ€, comenta el gobernador. Señala el presupuesto participativo de Porto Alegre como una de las experiencias de participación democrática tras los años de represión militar. Eso, dice, tuvo eco a nivel mundial.
El foro promovió la llegada de nuevos protagonistas sociales y sentó las bases para unas primeras transformaciones de la sociedad capitalista y de una globalización tutelada por los intereses del capital financiero globalizado.
“El FSM, los movimientos actuales tienen una relación cultural, una relación de una nueva cultura polÃtica. Muchos movimientos actuales se inspiran en una globalización diferente, en ese “otro mundo posibleâ€, aunque los movimientos actuales son más diversos y más complejosâ€, dice Genro.
El gobernador comprende la controversia que genera el mundial de fútbol y reconoce que el mundial se ha transformado en un gran negocio global, en una experiencia comercial basada en el espectáculo. Tampoco cree que este evento tenga relevancia desde un punto de vista educativo o deportivo, ni que vaya a mejorar el fútbol de la región. Sin embargo, lo considera una oportunidad para Porto Alegre, una ciudad que no ha desalojado familias para la construcción de estadios.
“Tendremos 200.000 personas, el doble del Foro Social Mundial. Movilizará la economÃa, creará empleo, habrá movimiento en hoteles, restaurantes, taxis… Es un instrumento de promoción de mi ciudad, oportunidades de trabajo y un posible aumento en la recaudación.» Aún asÃ, reconoce que miles de personas en otros estados no se les han tenido en cuenta y se les ha desahuciado sin ofrecerles una alternativa.
Comenta el gobernador que, al viajar a España, y lo hace una o dos veces por año, suele organizar dos debates: uno sobre el desarrollo económico en Brasil y otro sobre participación polÃtica.
“Esa reinvención polÃtica es la participación popular directa combinada con la representación polÃtica, dos elementos muy fuertes en mi estadoâ€. Pone como ejemplos el consejo de desarrollo, el presupuesto participativo y otras iniciativas de participación digital. También se reúne con empresarios para debatir sobre las posibilidades de integración económica entre Brasil y los paÃses europeos.
Pero también dentro del contexto de América Latina juega un papel importante Brasil, la economÃa más fuerte con el territorio más vasto.
“Tenemos la responsabilidad de crecer con nuestros vecinos. Como decÃa Lula, no es bueno que Brasil crezca solo y en detrimento de los otros. Buscamos compartir con los otros paÃses el crecimiento, las proyecciones internacionales, los intercambios, la integración cultural. Hay una relación de simpatÃa con nuestros vecinos, sobre todo los más frágilesâ€, dice el gobernador.
Como ministro de educación de Lula promovió la creación de escuelas biculturales en la frontera de Brasil con Paraguay, Argentina y Uruguay. Este proyecto en marcha abrirá mercados para Brasil dentro de América Latina o al otro lado del Atlántico. Pero además de los mercados y los puestos de trabajo que pueda abrir para España en Brasil y en América Latina, se podrán crear nuevas redes de intercambio y espacios de encuentro donde la literatura, el cine y otras expresiones culturales sirvan como un lenguaje común.