Sociopolítica

Prostitución y Derechos Humanos

Manifestación del Sindicato de Prostitutas y Afines

«Quien esté libre de pecado que lance la primera piedra.»Jesús de Nazareth

 

Es intolerante esa política de seguridad interior (de corte conservador) de ‘profilaxis social’ que usan ciertos gobiernos conservadores en términos de orden publico y social, toda vez que profilaxis significa limpieza, es decir hacer una limpieza social, purgar a personas marginadas de la sociedad con exclusión social, que me recuerda mucho a la limpieza étnica del fascismo. Sobre todo es imposible intentar abolir a la ‘profesión mas antigua del mundo’, cuyos registros de existencia se remonta hasta la antigua Babilonia. La prostitución es imposible de abolir, por lo tanto los Estados deberán regularla. Intentar abolirla se basa en un total puritanismo conservador (mas propio del medioevo), como ocurre en unos muy pocos estados sureños de EEUU, donde los jueces citan a la Biblia antes que la Constitución. El abolicionismo (de corte moralista) termina generando a la marginación social y por consiguiente el crimen organizado, y por el contrario, la regularización permite la normalización de derechos humanos para quienes ejercen libremente a la prostitución y el comercio sexual.

De igual forma no se puede prohibir el sexo entre adultos responsables por libre acuerdo, pues prohibir a la libertad sexual es por lo demás arcaico e inquisidor. La prostitución entraña el libre consentimiento expreso entre adultos por acuerdo mutuo del intercambio económico de su intimidad sexual, tanto como prostituirse suele ser una decisión personal y libre de las meretrices; aunque suele suceder por el apremio socio-económico del contexto social; quienes realizan este oficio generalmente lo hacen por necesidad socioeconómica, son personas y seres humanos como todos nosotros, y por la tanto tienen derechos humanos. La prostitución debe ser regulada, pues abolirla será imposible, por ser un fenómeno humano natural y socio-económico, pero salvaguardando los derechos humanos, sociales, económicos, laborales y migratorios de las prostitutas, como regulando las normas comerciales, sanitarias, laborales, publicas y fiscales de los comercios sexuales, pero sancionado al crimen organizado, la trata de personas y la esclavitud, como sancionando a la prostitución infantil, pederastia y pedofilia.

 

En este sentido lo que se debe reprimir es la explotación de prostitutas por proxenetas, mafias de trata de mujeres o trafico de personas; de allí es la necesidad de establecer leyes penales contra el proxenetismo, trafico de seres humanos, explotación sexual y esclavitud. Lo condenable será por sanción penal en contra de la trata de personas por el crimen organizado para el comercio sexual ilícito, que sino se obtiene resultados de minimizar a estos hechos delictivos por medio del establecimiento de leyes penales, nacionales y comunitarias, que además de sancionar a estos crímenes, busquen establecer a leyes sociales, derechos humanos y normas publicas que salvaguarden a quienes en garantía de libertades civiles se ejerzan regularmente en la profesión y oficio de la prostitución y el comercio sexual legal, tanto como se debe establecer a leyes migratorias especiales para las meretrices, con derechos humanos, derechos laborales, derechos sociales y derechos sanitarios, tanto como el registro jurídico con responsabilidad empresarial-fiscal de los ‘Sex Clubes’.

 

En los Estados modernos, como en España, y en toda Europa, puede que lamentablemente todavía exista cierta trata ilegal de mujeres para prostitución, por culpa de esas mafias internacionales de trafico de seres humanos y explotación de mujeres prostitutas, pero estas mafias explotadoras suelen a ser perseguidas a través de la aprobación de las antedichas leyes progresistas en los países modernos. En la actualidad en España existe un Sindicato Nacional de Trabajadoras(es) Sexuales, Prostitutas(os), Meretrices y Afines, que ha impulsado establecerla como otra profesión y oficio, que al igual que todas las profesiones y actividades laborales, tienen derechos sociales, laborales y humanos, donde los empresarios de Sex Clubes deberán constituirse legalmente como empresarios respetando los derechos sociales y pagando impuestos al Estado, debiendo además existir regulaciones migratorias especiales, de forma tal que las meretrices deberán tener definidos y garantizados en las leyes a sus derechos a un contrato laboral, afiliación a la seguridad social, salario básico y/o porcentaje de comisiones, prestaciones medicas, vacaciones y otras prestaciones sociales.

 

Igualmente que la prostitución masculina ha de reunir a los mismos parámetros de inclusión social y laboral antedichos que la prostitución femenina. La prostitución masculina, gay, bisexual y transexual, como la prostitución masculina para damas ó denominada ‘gigoló’, no debe ser excluida de este enfoque de regularización y normalización de la prostitución en una sociedad moderna, toda vez que hombres prostitutos y mujeres prostitutas, deben tener iguales derechos humanos, sociales, laborales, económicos, sanitarios, etc. Así como existen Sex Club de prostitución femenina, incluso con baile desnudista de stripper, o Gay Club de prostitución masculina gay con baile desnudista de stripper, o Clubes de encuentro de lesbianismo con baile gogo y desnudismo stripper, existen por iguales Clubes de prostitución masculina para damas con baile desnudista de stripper, así como igualmente existe sala de masajes eróticos para hombres o para mujeres.

 

El comercio sexual entre adultos suele realizarse por medio de libre acuerdo de intimidad sexual por retribución económica, en base al derecho personal de la disposición de la libertad individual de la sexualidad intima. En el caso de la prostitución femenina se efectúa mediante el intercambio económico por sexo. Con excepciones ocurre la prostitución de lujo de ‘damas de compañía’ (scort) que requiere mayores destrezas de cortesanías de amante. Empero el gigoló prostituto masculino para damas requerirá generalmente mayores destrezas de amante como ‘caballero de compañía’ en el arte de la seducción a la mujer, pues las damas suelen ser mas exigentes en cuanto con quien tiene una intima relación sexual-emocional aun por intercambio económico. Hombres y mujeres, en toda profesión libre, en este caso la prostitución, deben tener iguales derechos y deberes en cuanto salario básico mas comisiones, contrato laboral, seguridad social, servicios médicos, prestaciones sociales, seguridad e higiene-sanitario y ocupacional-laboral. Lo mismo se puede equiparar a la industria del cine pornográfico y erótico con respecto de antedichos derechos adquiridos de actrices y actores de cine pornográfico. Todas las libertades ciudadanas son reguladas por las leyes, para que garanticen el bienestar general y la paz social. Eso es modernidad progresiva.

 

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.