Las actuales vacunas neumocócicas cubren los serogrupos A, C, Y y W135 del neumococo o Neisseria meningitidis, mientras que la vacuna candidata 4CMenB (Novartis) apunta al serogrupo B, para el cual hoy no existe inmunización.
Este último es “el serogrupo más prevalente en el Cono Sur de América Latina y causa más de 60 por ciento de los casos de enfermedades meningocócicas en Chile”, además de estar presente en Europa y Norteamérica, según el estudio publicado en The Lancet (18 de enero).
“Otro ensayo de esta vacuna ya se hizo en lactantes de Europa y Estados Unidos. La sumatoria de ese estudio y el realizado en Chile cubre las edades más relevantes para la infección por meningococo B”, dijo a SciDev.Net Miguel O’Ryan, vicerrector de I+D de la Universidad de Chile y coautor del estudio.
“La gran noticia es que con la protección contra el meningococo B se completa la vacunación para la gran mayoría de los patógenos bacterianos que causan enfermedades graves en niños y adultos jóvenes”, agregó.
Alejandro Venegas, investigador del Laboratorio de Patogénesis Microbiana y Desarrollo de Vacunas de la Universidad Católica de Chile, donde trabaja en el desarrollo de una vacuna oral contra el meningococo B, destaca que el desarrollo de una vacuna contra este serogrupo “es un aporte importante”, dado que si bien los casos no son elevados, “su mortalidad es alta y las secuelas pueden ser graves, sobre todo en niños de corta edad”.
Agrega que la dificultad de crear una vacuna contra el meningococo B es que su cápsula comparte características con moléculas de las neuronas humanas, por lo que —a diferencia de las actuales vacunas meningocócicas— no es posible usar polisacáridos como antígenos. Esto podría hacer que el organismo no produjera anticuerpos o, peor aun, desencadenara una respuesta autoinmune y se atacara a sí mismo.
Este desafío, dice O’Ryan, fue resuelto con la técnica de vacunología inversa, que permitió identificar cuatro proteínas del patógeno que generan una alta respuesta inmune y que son la base de 4CMenB.
Señaló que la vacuna debiera estar disponible entre 2012 y 2013 y que probablemente saldrá al mercado “combinada con otros serogrupos, para lo cual ya hay estudios en curso”.
En un comentario sobre el estudio, David Stephens, director del Programa de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Emory, Estados Unidos, señala que “la recomendación para su implementación dependerá de la incidencia del serogrupo B específica para cada país”.
Enlace al resumen del artículo en The Lancet
REFERENCIAS
The Lancet – 18 January 2012 DOI: 10.1016/S0140-6736(11)61713-3
Paula Leighton
SciDev.Net
31 enero 2012