EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Yo no voy a hablar aquí y ahora de la decadencia moral de la sociedad en que nos desenvolvemos, porque eso queda para los obispos y para aquellos que se erigen en salvadores de la moral y luego quieren imponer la suya. Voy a hablar sobre aquellos que ni se respetan asimismo ni respetan a los ciudadanos.
En el campo de la política estamos soportando, día tras días, el que algunos políticos, afortunadamente no todos, ofendan a la inteligencia de las personas y encima se atreven a pedirles el voto. Individuos que han protagonizado hechos delictivos y han llevado a cabo acciones poco o nada éticas, se presentan ante los ciudadanos sin ningún pudor y pretenden quitarse el “muerto” de encima con aquello de “y tú más que yo” en un intento por confundir y manipular a la opinión pública queriendo justificar lo injustificable. Su nivel ético es cero, y el nivel intelectual de muchos políticos está, en muchos casos, por debajo de aquellos ciudadanos que solo cuentan con estudios primarios. Su osadía, su desvergÁ¼enza, fruto de su manifiesta ignorancia, les lleva hasta el extremo de creerse capacitados para ocupar puestos relevantes en aquellas instituciones desde la cuales se marca el rumbo, el futuro y el bienestar de una ciudad, de una región y de un país. Esto, producto de su inconsciencia, es lo que está ocasionando el que los ciudadanos estén ya más que hartos de que el “caradura” de turno les venga con sus milongas con el único objeto de “colocarse bien” y “a partir de ahí” lo que venga. En la apertura del curso escolar llevada a cabo en un colegio de Cantabria, Juan Carlos I reclamaba a los partidos un pacto nacional en educación. Yo creo que el Rey debería haber reclamado un pacto nacional “con” educación.
Por otro lado tenemos los “nacimientos” de “personajes famosos”. Nacen como setas en el bosque. El triste espectáculo que nos ofrecen a diario en los distintos medios de comunicación contándonos más bien sus miserias que su vida y milagros por dinero, es francamente lamentable y son dignos de lástima. Todos sabemos cómo acabarán todos estos “famosos” lo suyo es pan para hoy y hambre para mañana, de eso hemos tenido y tenemos a diario muchos testimonios que dan fe de ello. Creen que tienen a la gente en el “bolsillo” cuando no se dan cuenta de que esa misma gente que hoy les jalea mañana se hartará de ellos y que eso supondrá que los que no han sabido ser “hormiguitas” que son muy pocos, el dinero ganado rápidamente suele desaparecer con mucha más rapidez, lo van a pasar muy mal. Creen que el “chollo” no se les va a acabar nunca y lo creen así porque la mayoría de ellos son gente sin una preparación adecuada para saber el cómo y el porqué de los “días de vino y rosas” y lo que puede suceder el día que esos días se acaben, porque todo tiene un principio y un final. La fama y la popularidad son muy efímeras.
En fin se podría escribir mucho de muchos “famosos”, políticos y no políticos, que actualmente hay en este país, pero creo que es mejor para ellos, no para los ciudadanos, que sean ellos mismos los que lo escriban a diario.