Ciencia

«Queremos entender el impacto de las políticas de transporte activo»

Audrey de Nazelle llegó hace cinco años de la University of North Carolina Chapel Hill, donde hizo un doctorado en Ciencias Ambientales. Esta matemática francesa, activista ecologista desde joven, siempre ha tenido clara la importancia de las políticas en salud pública. Actualmente está haciendo un postdoc en el grupo de Mark Nieuwenhuijsen del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), y junto con él lidera el proyecto TAPAS, que empezó en el 2009 y finalizará en 2012.

¿Quién participa en TAPAS y cuál es su objetivo?

Nosotros somos los coordinadores, pero hay implicados grupos de investigación de seis países europeos. Queremos entender el impacto de las políticas de transporte activo, como andar o ir en bicicleta, en la salud de las personas. Estamos haciendo modelos cuantitativos para medir este impacto en seis ciudades: Barcelona, Basilea, Copenhague, París, Praga y Varsovia. Para ello utilizamos tanto datos de la literatura existente como datos obtenidos localmente.

¿Para qué servirán estos modelos?

La idea es que se podrá escoger una política específica de transporte activo, por ejemplo la introducción de una red de carriles bici, o de una tarifa de congestión como la de Londres, y prever los efectos en la salud que se derivarían de su aplicación. Esperamos que sirva como una herramienta que ayude los políticos a la hora de tomar decisiones.
¿De qué tipo de efectos estamos hablando?

Básicamente, un incremento del transporte activo comporta un aumento de la actividad física en la población. Además, la reducción de transportes motorizados implica menos gases emitidos y, por lo tanto, una mejora en la calidad del aire y un freno al cambio climático. Pero en nuestros estudios no olvidamos los posibles efectos adversos, como por ejemplo un aumento de accidentes o una mayor inhalación de contaminantes por parte de quienes andan o van en bici.

¿Qué estudios habéis hecho hasta ahora?

Hemos hecho un primer modelo teórico sobre el sistema del Bicing y estudios experimentales que nos permitirán ampliar nuestro conocimiento. Uno es una encuesta a 800 personas para entender su comportamiento respecto al transporte activo. Hemos complementado la encuesta con un estudio piloto con 35 voluntarios para obtener mediciones más objetivas. Durante cinco días llevaron encima unos aparatos que recogían su localización con un GPS y su nivel de actividad física con un software incorporado a un smartphone.

¿Para qué sirve este tipo de información?

Por ejemplo, para analizar el tipo de ruta que la gente usa y de qué depende que elijan un medio de transporte u otro. También podemos comparar sus rutas con los mapas de contaminación que tenemos y analizar su exposición.

¿Los smartphones son el futuro de los análisis de exposición?

Creo que sí que lo son. Esta tecnología y otras como la teledetección son parte de lo que se denomina ubiquitous sensing. Por lo que sabemos, nosotros hemos sido los primeros en usar esta tecnología de los smartphones en un estudio real con voluntarios. Pero si pensamos que hay millones de personas que usan el teléfono móvil y que se podrían convertir en voluntarios que recogen datos, el potencial es inmenso. Además de lo que hemos hecho ahora, se podrían añadir sensores de ruido, de contaminación, etc., y todo ligado a la localización exacta del voluntario en cada momento.

Maruxa Martínez-Campos (PRBB) / SINC

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.