Son frecuentes en las redes sociales las discusiones entre las diferentes sensibilidades que componen lo que podríamos llamar ideología liberal libertaria. Son frecuentes, encendidas, apasionadas, llenas de argumentos y enriquecedoras para todos aquellos que participamos en ellas con cierta asiduidad, defendiendo una u otra postura, según nuestro ideario, nuestras reflexiones y ese punto individual que emana por nuestros poros.
Bajo el único principio en común de la defensa del individuo frente a las masas, los liberales, los libertarios, desarrollamos un cuerpo ideológico, que si bien nos auna a todos bajo un mismo paraguas, debe permitir y permite que cada uno aporte su propia visión al tronco matriz, teniendo así tantas ideologías liberales como personas así se dicen.
Esto es quizá un handicap, quizá una ventaja. No consigo llegar a una conclusión. Pero es una realidad. Una realidad que se ha que contextualizar en el momento actual. Parece, es evidente, para todos nosotros que la situación en la que vivimos es producto de la socialdemocracia de todos los colores que con fuerza irrumpió en el panorama mundial a mediados del siglo pasado. De la defensa de la masa frente al individuo.
En España llevamos más de una década como pollos descabezados, vagando a la deriva, económica y socialmente. Con el cambio de gobierno muchos, inlcuso muchos liberales, que de buena fe votaron al PP, han visto defraudadas sus espectativas. No hay más que atender a las encuestas que se publican estos días. PP en caida libre, PSOE estancado. ¿Qué tenemos enfrente pues? La nada.
La nada histórcamente ha supuesto como consecuencia un gobierno populista/fascista/intervencionista, en pocas palabras, un gobierno enemigo de la libertad. Mano dura. Por eso estamos en ante encrucijada histórica. Y creo que es momento de tomar cartas en el asunto. De no dejar que nadie nos gane la mano. Sólo hay dos formas de cambiar las cosas, los tanques en la calle y la acción política.
De la primera obvio más comentarios, de la segunda todos estamos desencantados, pero no se me ocurre otra forma posible y viable que cambiar el sistema que desde dentro, convertirnos en el cáncer del Estado, para cercenar su crecimiento desde sus visceras. Con honradez y siendo consecuentes. Es hora de unirse, aprovechando el tronco común del liberalismo, de la libertad. Ancaps, Minarquistas, Objetivistas, Agoristas, Radicales, Liberales Clásicos, etcétera, todos bajo el paraguas de la libertad individual, debemos actuar para que esta vez el miedo y la ignorancia nos aboquen a un estado socialista y opresor bajo el que vivimos.
Enarbolando la bandera del capitalismo, ese que no se puede producir en las circustancias actuales, porque estamos intervenidos por el Estado desde el momento en que nacemos. Con humildad, con pedagogía.
Es muy gratificante ver como economístas y periodistas liberales de verdad por fin tiene hueco en las tertulias de las radios y televisiones, estamos empezando a cambiar las cosas, eso me gusta pensar.
Por eso, queridos liberales, queridos libertarios, este es un llamamiento a la unión y a la acción política conjunta. Cuando hayamos dejado el gobierno en dos o tres ministerios, en un estado eficiente económicamente, ya nos preguntaremos si es necesario hacerlo más pequeño o hacerlo desaparecer. Por ahora es momento de empezar a desenredar la madeja, que bien enredada que está. Es el momento de defender la libertad individual, ¿y no son muchos los partidos que así lo promulgan verdad?