No discuto el que tenga que existir una emisora del Estado y por causas obvias, puesto que hasta Franco (y otros dictadores) las tuvieron y las tienen… Para “un momento de comunicación nacional, el Estado tiene que tener medios propios”; pero bien entendido que ese aparato estatal, tiene que ser lo más reducido posible y sólo contener los elementos necesarios y nada más. Nada de parásitos.
Dicho ello; en la “españa o españilla actual” y una vez los nefastos políticos le tomaron el gusto a las “autonomías” (o “nuevas dictaduras o dictadurillas de todos los niveles”); ello cundió hasta en los ayuntamientos… y así en municipios que ni cubren necesidades básicas a sus habitantes, se instalaron su emisora local, incluso con retransmisión televisiva… y no para otra cosa que, para que “el cacique” de turno; luzca su físico y diga las tonterías y mentiras que en general han dicho los políticos hasta aquí. Y de paso colocar afines a sus intereses.
El pueblo no se ha beneficiado en nada o en tan poco que no merece la pena el señalarlo; esos “nichos”, se crearon para lo ya dicho y para colocar en ellos a diferentes nepotes, familiares u otros elementos de la cuerda política. Con ello cargaron al contribuyente con unos enormes gastos que a la vista está son insoportables.
Lo mismo ocurrió con “otros nichos o reductos”, que han proliferado y siguen en activo y que no son necesarios para nada útil; sí que lo son para colocar a innumerables parásitos que han vivido y viven de esos presupuestos paralelos a “lo oficial” y que son absurdos; por lo que nunca debieron ser cargados a las espaldas del indefenso contribuyente. Esto lo han hecho todos los partidos políticos y renovado el inicial, el siguiente, simplemente mantuvo “el negocio” y colocó a los suyos o engordó el mismo con más gente innecesaria.
GOBIERNO es gobernar, sea el Estado, la región, la provincia o el municipio; y para ello hay que ir a lo verdaderamente necesario o imprescindible; el resto de “chiringuitos” (nichos para colocar gente y pagarle con el dinero de todos) deben desaparecer y cuanto antes mejor; subvenciones a nada ni a nadie, salvo casos excepcionales y que puedan justificar amplísimamente ello.
El que quiera cine o teatro; deportes, enseñanza y uso de ordenadores, talleres de cerámica y mil cosas más… que se lo pague y lo haga con sus propios medios, ni el Estado central ni los subsidiarios, son quienes para montar tanto negocio soterrado, puesto que para ello está la iniciativa privada y la que para ejercerlos tiene que pagar los oportunos impuestos; y que la libre competencia decida el que puede subsistir y el que no, allá cada cual con cualquier tipo de negocio… legal, por descotado que legal.
Ha sido tanto el abuso, que no sorprenden (a mí en absoluto) noticias como esta que reflejo: “El cambio de poder en ayuntamientos andaluces a raíz de las pasadas elecciones ha destapado como herencia socialista una cadena de quiebras o procesos concursales en televisiones municipales, a las que se les mantuvo como instrumentos de propaganda política tapando agujeros con fondos públicos y aplazando así el estallido económico que ahora sufren los nuevos alcaldes. El último eslabón de esta cadena, de momento, ha sido Giralda Televisión, dependiente del Ayuntamiento de Sevilla, que ha solicitado preconcurso de acreedores. Pero antes, ya habían estallado Onda Jerez y otras en localidades del Campo de Gibraltar. La salsa de la herencia socialista en materia de televisiones municipales está en una sucesión de facturas en comidas -el director de Giralda TV, por ejemplo, gastó 4.500 euros en restaurantes en sólo año y medio-, taxis y otros gastos que marcan la alegría con que se han desenvuelto los equipos directivos de estos medios. Sin embargo, el fondo de la cuestión es el verdadero sentido de unas televisiones en situaciones de quiebra o suspensiones de pagos con decenas de profesionales esperando una decisión de la que depende su futuro”. (Antonio Castro: EL CONFIDENCIAL 31-08-2011).
Como este caso, los habrá a miles en toda la geografía española y lo que sumado a una infinidad de tropelías y abusos realizados con el dinero del contribuyente, es lo que ha terminado por dejar a este país… “hecho unos zorros” y en la ruina en que se encuentra en la actualidad, sin que nadie responda de tanto latrocinio realizado y en tan largo tiempo, puesto que han sido ya treinta y cinco años… “de los nuevos mangantes”.